La nueva ordenanza de terrazas de Madrid mantiene los horarios pero endurece las sanciones
El consistorio busca así acabar con los vaivenes legales generados después de que el Supremo tumbase la norma de 2022
El Supremo anula la ordenanza de terrazas de Madrid de 2022
Madrid
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Iniciar sesiónLas más de 6.300 terrazas que hay en la capital abrirán previsiblemente el próximo año bajo las directrices de una nueva ordenanza. El Ayuntamiento de Madrid dio ayer luz verde, en la última Junta de Gobierno del curso político, a un nuevo texto para ... acabar así con los vaivenes normativos que vive el sector desde el Covid, especialmente después de que el Supremo tumbase la modificación de la ordenanza de 2022 –aprobada con los votos de PP, Ciudadanos y los concejales carmenistas de Recupera Madrid– y obligase a retrotraerse a la de 2013, más laxa respecto a los horarios de verano, pero menos permisiva en cuanto a configuraciones de terrazas.
Esta propuesta inicial asume la estructura de la ordenanza en vigor (2013) pero incorpora modificaciones esenciales de la de 2022, como el régimen de horarios, además de algunas peticiones recurrentes que los madrileños hicieron en 2024 y los pronunciamientos de la Comisión de Terrazas. El objetivo de esta ordenanza es «conciliar la ocupación del espacio publico y el disfrute de estos lugares de ocio tan madrileños», y compatibilizarlo «con el derecho al descanso y un uso ordenado de la ciudad», destacó ayer en rueda de prensa Inma Sanz, alcaldesa en funciones.
Para tranquilidad de los hosteleros (y usuarios) las terrazas podrán abrir como lo han hecho en los últimos tres años: los fines de semana y vísperas de festivo en el periodo estacional (marzo a octubre) hasta la 1.30 horas y los demás días hasta la 1.00 horas. El resto del año tendrán que cerrar a las 0.00 horas, salvo los casos en que haya horarios especiales más reducidos.
La estructura de estos espacios al aire libre sigue las directrices de la de 2013 y detalla los tipos de suelo en los que los establecimientos podrán instalar terrazas, así como las características esenciales de sus elementos fijos (como las estructuras ligeras) y mobiliario. La configuración de la pandemia (incluida la posibilidad de instalar terrazas en bandas de estacionamiento) ya desapareció hace tiempo, aunque sí se mantiene la posibilidad de sacar mesas altas con un par de taburetes.
En cuanto a las zonas más saturadas, que siguen siendo las mismas que en 2022, el nuevo texto permite la tramitación de 'ordenaciones conjuntas', en las que se regulan también aquellos espacios que requieran una especial consideración por sus valores históricos o paisajísticos o porque hayan sido reconfigurados. «Se pretende que estos estudios, propuestos por las juntas municipales de distrito, con la participación reforzada de los vecinos, de las áreas implicadas y del sector, formulen propuestas conjuntas que sean aprobadas por la Comisión de Terrazas», señalan desde el consistorio.
Más multas
Por otro lado, se endurece el régimen sancionador, «una de las cuestiones que más han venido demandando los vecinos», detalló Sanz. De hecho, el proyecto de ordenanza incluye una mejor definición de las infracciones, nuevos tipos y, aunque se mantiene el importe de las sanciones –hasta 750 las infracciones leves; hasta 1.500 las graves y hasta 3.000 euros las muy graves–, se incrementa la gravedad de algunas. Algunos de estos comportamientos cuyo castigo se endurece, ha ejemplificado la alcaldesa en funciones, tienen que ver con «el ruido, el almacenamiento de mobiliario no previsto o la no retirada del mismo, la agrupación de mesas altas o instalación de más de dos taburetes en estas; así como con la obstaculización de zonas de seguridad o que impidan la accesibilidad». Además, se incorpora la posibilidad de extinguir autorizaciones en el caso de reincidencia, dado que una de las cuestiones que más han venido demandando los ciudadanos es que el Ayuntamiento pueda reaccionar ante el incumplimiento de la actividad de las terrazas.
Tanto esta reordenación de las sanciones como la mayor coordinación con los vecinos en zonas muy saturadas de terrazas son iniciativas que, a falta de leer al detalle la letra pequeña, han gustado a las asociaciones vecinales: «Hemos sufrido el espíritu incumplidor del sector y el modelo de declaraciones responsables. A esto se suma la falta de inspecciones suficientes o la dejadez en la tramitación de algunos incumplimientos. De poco sirve un buen régimen sancionador si no se hace cumplir», concluye Jorge Nacarino, presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), que lamenta, por otro lado, que se haya perdido la oportunidad de lograr «una norma más consensuada». Son conscientes también de que no han logrado uno de los objetivos que tenían desde que se modificó la ordenanza en 2022: lograr que las terrazas cierren de lunes a jueves a las 23.00 horas fuera de la temporada alta. Otra de las cuestiones que les preocupa es la accesibilidad, «pues muchas se siguen instalando en zonas que impiden el acceso a invidentes o personas con movilidad reducida».
Por otro lado, para alegría de los propietarios de bares y restaurantes, esta futura ordenanza de terrazas agiliza los trámites burocráticos que deben soportar los hosteleros, reduciendo las cargas administrativas que no son necesarias, simultaneando trámites o evitando exigir cierta documentación de la que ya dispone el Ayuntamiento de Madrid. «Por ejemplo, se permite la renovación automática de terrazas si no cambian las condiciones de las mismas», ejemplificó Sanz.
«Vital» para el sector
Esta agilización de los tiempos de respuesta y trámites con las juntas municipales estaba, junto con la necesidad de que no se viera reducido el espacio de las terrazas, entre las principales reivindicaciones de los restauradores. A falta también de un análisis más detallado de todo el texto propuesto por el consistorio, José Antonio Aparicio, presidente de Hostelería Madrid, ha destacado que esta ordenanza es esencial para «la viabilidad y el futuro» de miles de negocios, sobre todo pequeñas y medianas empresas. «Es vital que esta ordenanza corrija y mejore a la anterior no solo en aspectos formales, sino también en aquellos que limitan la actividad de un sector fundamental para la ciudad en el ámbito económico pero también en el social», señala la patronal.
Bajo el paraguas de este nuevo texto legal quedan también (además de las terrazas ya existentes y todas las autorizaciones posteriores) los cerca de 50 quioscos de hostelería y restauración, de temporada y permanentes, que hay en la ciudad, que mantienen su régimen actual y «simplemente se ha mejorado la calidad de la regulación en aspectos puntuales», apuntan desde el consistorio.
El proyecto propuesto regula también la Comisión de Terrazas de Hostelería y Restauración, órgano colegiado municipal que «seguirá garantizando la visión de ciudad y una perspectiva más amplia sobre las excepciones que puedan requerir determinadas autorizaciones, la propia ordenación conjunta y las respuestas municipales ante necesidades excepcionales o nuevos retos», añaden fuentes municipales.
Ahora, tras la aprobación inicial de esta futura ordenanza, se abrirá un periodo de alegaciones –«que prolongaremos hasta el 10 de septiembre por las fechas en las que estamos», concedió Sanz– y a partir de ahí continuará su tramitación por la comisión correspondiente, paso previo a su aprobación en el Pleno, con la idea de que entre en vigor el año que viene. «Con todas las garantías», zanjó la vicealcaldesa.
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