Madrid no activó el protocolo anticontaminación en 2022 por primera vez en seis años

Por suerte, las alarmas de las estaciones de vigilancia –que saltan cuando varias de ellas superan los 180 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno– no se activaron el ya año pasado. «2022 es el primer año en el que no se habrá activado ni una sola vez el protocolo para episodios por contaminación«, dijo el concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, a través de sus redes sociales, en las que hizo un recordatorio de los años anteriores. Dos veces fue necesario tomar medidas en 2016; el año siguiente, el peor en estos términos, se activó hasta en siete ocasiones; en 2018, ocho veces; tres en 2019; y una y dos en 2020 y 2021, respectivamente, pese a las restricciones que hubo a la movilidad por la pandemia.

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Á. G. C.

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Pero este no es el único hito en contra de la contaminación que Madrid tuvo en 2022. Tal y como el alcalde José Luis Martínez-Almeida afirma en la entrevista de hoy en este diario, se ha cumplido la normativa europea de calidad de aire, algo que se venía vulnerando de manera sistemática desde el año 2010.

Por este motivo, el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TJUE) condenó en diciembre a Madrid y a Barcelona en una sentencia que evaluaba el periodo comprendido entre 2010 y 2018. De momento, se desconoce la multa a la que tendrá que hacer frente el consistorio. «España no adoptó oportunamente las medidas adecuadas que permitieran garantizar que el período de superación de los valores límite fijados para el dióxido de nitrógeno (NO2) fuera lo más breve posible», se recoge en el fallo europeo, que critica con dureza: «La superación de los valores límite ha sido sistemática y continuada durante al menos ocho años, pese a la obligación que incumbía a España de adoptar todas las medidas adecuadas y eficaces».

Con el objetivo de no repetir viejos errores, la actual corporación municipal puso en marcha Madrid 360 (que rectificaba los fallos de Madrid Central) que exige, por directiva de la Unión Europea, tener al menos una zona de bajas emisiones a todos los municipios de más de 50.000 habitantes. La estrategia ambiental prohíbe además, desde este domingo, circular por la M-30 a todos los vehículos que no posean distintivo ambiental y que no estén matriculados en Madrid capital. Esto es los diésel anteriores a 2006 y los gasolina previos al año 2000.

La orden para crear una zona de bajas emisiones es de obligado cumplimiento en 23 localidades de la Comunidad de Madrid debido a la ley de Cambio Climático pero solo una, además de la capital, ha empezado el año cumpliendo la normativa: Rivas Vaciamadrid. Las demás se escudan en que la obligatoriedad, tal y como ha venido informando este diario, es implantarla a lo largo de 2023 y no empezar el año con ella. Solo hay una premisa clara: todos aquellos que superen los 50.000 ciudadanos empadronados deben ponerla en marcha para mejorar la movilidad sostenible, rebajar los índices de contaminación y facilitar la vida a peatones y ciclistas.

Cuando entren en vigor, al igual que ocurre con la zona de Distrito Centro todos los vehículos sin etiqueta tendrán prohibido acceder a los nuevos Madrid Centrales de los municipios, algo que afectará a más de un millón de coches. Tras Madrid capital, las localidades más afectadas será Móstoles, con 41.750 turismos que no podrán circular por el perímetro que se establezca; Fuenlabrada (34.609) y Leganés (33.138).