Madrid abre su segundo centro 24 horas para mujeres agredidas sexualmente y constata: «Cada vez son más jóvenes»

En Madrid existen actualmente tres centros de crisis para atender a víctimas de agresiones sexuales: dos de la Comunidad de Madrid y uno del Ayuntamiento de la capital. En los regionales, el primero ha atendido en lo que va de año a 280 mujeres y 85 familiares de forma presencial, y unos mil por vía telefónica. Y este segundo, que abrió sus puertas en septiembre, ya ha tenido que atender a 19 mujeres, dos de las cuales han hecho uso del recurso residencial. Se abre, explican desde el Gobierno regional, porque el Ministerio de Igualdad impuso que hubiera uno por provincia, y tramitaba su apertura financiándola con fondos europeos; Madrid aprovechó la oportunidad para abrir un segundo recurso, que además es pionero por contar con plazas para residencia.

«Allí se pueden quedar todo el tiempo que necesiten, hasta que esté asegurado que recuperen su autonomía y una vida en normalidad; que recuperen su actividad laboral o formativa», explica la consejera de Familia y Atención Social, Ana Dávila.

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Las mujeres agredidas sexualmente llegan al centro de crisis derivadas desde el número de teléfono 900 599 316, pero también desde los centros de atención a la mujer o los hospitales. Cuando llegan, en situaciones de máxima vulnerabilidad, son valoradas por una trabajadora social y remitidas a otros profesionales, en función de sus necesidades: psicólogos, abogados…

Miriam Peral, coordinadora de este segundo centro de crisis 24 horas, cree que no existe un perfil concreto de las usuarias. Aunque sí apunta dos características: una, que en la mayoría de los casos, el agresor es del entorno de la víctima. Y dos, que éstas son cada vez más jóvenes: «Sorprendente, cuanto menos, son chicas muy jóvenes, de 18 a 24 años». En el centro atienden a partir de los 16 años, aunque no han tenido ningún caso aún en este segundo recurso con estas características, pero «sí muchas con los 18 recién cumplidos».

En el centro acompañan a la agredida en todo lo que necesitan, «incluso vamos con ellas a poner la denuncia; a muchas les cuesta», por la presión que reciben, dado que muchas veces los agresores son familiares o vecinos. La demanda de este tipo de espacios es creciente: según los últimos datos oficiales, las denuncias registradas por delitos contra la libertad sexual en la Comunidad de Madrid han subido un 5,2 por ciento en el primer semestre respecto al mismo periodo del año anterior. Y el número de denuncias por delitos contra la libertad sexual con penetración es un 15,5 por ciento superior al dato del primer semestre del año anterior. Unos datos que desde Delegación del Gobierno achacaban a una mayor tendencia a denunciar estos hechos, y evitar que queden impunes.

En este segundo centro trabajan 27 profesionales y se atiende a mujeres que han sufrido abuso o agresión, o acoso, independientemente de que hayan interpuesto o no una denuncia. «Estos recursos les permiten saber que cuentan con un lugar seguro, donde reciben una atención integral por parte de profesionales especializados, que las ayudan y las cuidan en todo momento», afirmó la consejera Dávila.

Los siguientes pasos que se van a dar en este camino son nuevos centros: uno especializado en víctimas de violencia que tengan discapacidad intelectual, y otro, pionero, para aquellas que quieran abandonar la prostitución.