De Sol a Valdecarros, así crece Madrid

Hasta ahora, el crecimiento del sur de Madrid provenía principalmente de tiempos de la adhesión a la ciudad de antiguos términos municipales como Vallecas, Vicálvaro y otros muchos, todos ellos incorporados al término municipal entre los cuarenta y los cincuenta del siglo XX. Los dos han tenido una relevancia creciente, y su crecimiento, especialmente en lo que llevamos de siglo, ha servido de acicate para los actuales nuevos desarrollos. Sin embargo, a partir de los años sesenta el urbanismo madrileño tendió a concentrarse hacia el norte y el noroeste. El barrio del Pilar, Moratalaz o más recientemente los PAU del norte y Valdebebas forman parte de ese auge norteño. De cara al futuro, norte y este deben ser los obligados polos de atracción y desarrollo urbano para consolidar una ciudad verdaderamente moderna e integradora, capaz de formar parte del pelotón de cabeza de las capitales Europeas.

Por volumen y extensión de los trabajos, Valdecarros es uno de los mayores proyectos urbanísticos de Europa para las próximas dos décadas. Concebido, junto al resto de desarrollos del sureste, como una nueva centralidad urbana, Valdecarros cerrará el planeamiento urbanístico del sur de Madrid con 50.000 nuevas viviendas de una oferta total de 150.000 y completará así una estructura de malla de sus comunicaciones, de la que se beneficiará el conjunto de los madrileños mitigando el actual déficit de movilidad del sur de la ciudad y sus poblaciones limítrofes.

Los nuevos barrios tendrán acceso a la M-45 y a la A-3, y vivirán además junto al Bosque Metropolitano, pulmón verde de más de setenta y cinco kilómetros concebido como un anillo ecológico para el conjunto de la ciudad.

Valdecarros será en ese sentido el cierre natural de Vallecas compartiendo un mismo pasado medieval como alfoz de Madrid, en lo que entonces de denominaba Villa y Tierra de Madrid. Con ese origen compartido, y una trayectoria histórica en buena parte similar, entre otros capítulos con la habitual residencia y trabajo de panaderos en la zona, Vallecas y Valdecarros pueden reforzarse como el mejor cierre de la capital de España en el siglo XXI. Si ya hay chamberileros, barriopilareños, chamartineros o arganzueleros, en menos de veinte años los valdecarreños también se habrán abierto paso; todos madrileños. Adelanto ya a sus convecinos que tendrán excelentes dotaciones y servicios, y dispondrán de uno de los mejores ratios de zonas verdes por habitante de toda la ciudad, y quién sabe si celebrarán sus fiestas patronales en pleno agosto.

SOBRE EL AUTOR

Luis Roca de Togores

Presidente de la Junta de Compensación de Valdecarros