El lobo solitario que escalaba a los pisos de distritos acomodados

Un sujeto que subía a las casas apoyándose de rejas, vallas o tuberías, pese al riesgo de ser sorprendido por el vecindario. Pero nadie descubrió 'in fraganti' a este chileno de 48 años que había hecho del escalo su particular modo de vida. La acumulación de denuncias en las diferentes comisarías de la Policía Nacional no tardó en poner sobre la mesa un patrón común: un único asaltante, ataviado con una mochila en la que guardaba bolsos de alta gama, joyas, relojes y objetos electrónicos de fácil manipulación.

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Con una palanca metálica forzaba las puertas de las terrazas o ventanas y accedía a las viviendas, todas ellas vacías. «No tenemos muy claro que hiciera vigilancias previas, pero el caso es que en ninguno de los robos se encontró con los moradores», sostiene la agente. El pasado 14 de marzo, solo 24 horas después de su último golpe, los funcionarios le echaron el guante cerca de su domicilio, donde aún guardaba (al igual que en su vehículo) buena parte del botín sustraído. La operación, que sigue abierta y no se descarta que pudiera haber cometido más palos, se ha saldado con su ingreso inmediato en prisión.