Leticia Iglesias: «El secreto es mirar cada día a Madrid con ojos de primera vez»

— De Galicia a la Bolsa de Madrid. Sitúeme. Lo más parecido donde he entrevistado fue en una lonja.

—Pues mira, he elegido la Bolsa porque mi primera experiencia laboral en Madrid tuvo mucho que ver con la información económica. Yo venía de medios gallegos, de haber hecho prácticas en medios de Galicia. Las primeras prácticas que cogí fueron en un medio de información económica. Un medio que ya ni siquiera existe, que se llamaba Expansión Televisión. En aquel momento no le interesaba a nadie. Me especialicé en periodismo económico. Y para mí, en aquel momento, venir a la Bolsa era casi como un castigo. Yo me imaginaba reportajeando, buscando tramas de corrupción, de enviada especial a un montón de conflictos y de lugares lejanos. Y en la Bolsa era una época en la que el Ibex 35 estaba en mínimos históricos, no se movía un colín, te estoy hablando del año 2003. 2002, 2003... Yo era la más jovencita en la sala de prensa de la Bolsa, y mis mejores amigas hoy en día siguen siendo algunas de las que conocí en aquella época.

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— Reinterpreto la pregunta. Del parqué a la bebida de nuestro tiempo. Oiga, ¿cuál es la chispa de la vida de esta ciudad?

—Hombre, Madrid tiene muchísimas posibilidades. Tiene mucha alegría, tiene muchos barrios, tiene mucha gente. Te permite también volverte invisible. Una cosa que... Mira, yo cuando llegué a Madrid hice un bizcocho, la receta de mi madre, y me fui vecino por vecino llevándole mi bizcocho, presentándome a los vecinos. Ahora yo me he vuelto una más y creo que, desgraciadamente, no haría eso aunque intento hacerlo.

— Aquí, en la Bolsa, se piensa en primas de riesgo, intervenciones... ¿Precisa Madrid de intervención externa?

—Yo creo que esa fase está superada. O sea, nos hace falta dispersarnos un poquito, estamos demasiado... Nos hace falta a todos los que, sobre todo los que son de Madrid, salir fuera. Viajar más, conocer más, conectarnos más, nos metemos al final en nuestro barrio, en nuestra casa, en nuestro grupo de gente y no escuchamos a los demás.

— Le pido un momento crucial en esta ciudad.

—Los atentados del 11-M. Yo era una becaria, pasaba en bus por la zona. Me fui andando y ya no entré en la Bolsa, si no que conecté a través del móvil. Viví, quizá, la experiencia profesional más dura.

— El madrileño tipo, al final...

—Pues mira, yo creo que es acogedor, pero precisamente como somos tan acogedores, nos convertimos en neutrales. Y al final somos la suma de la riqueza de todas partes. Hace falta conectarnos más.

— Celebro ese incluirse como madrileña. Entiendo que en el debe de esta ciudad habrá mas por hacer...

—Es verdad que como en Madrid lo tenemos todo a mano, muchas veces se nos olvida lo maravillosa que es. Por eso me gusta mirar Madrid con ojos de primera vez.

— ¿Y eso cómo se consigue?

—Pues poniendo ojos de primera vez, como he hecho contigo aquí en la Bolsa.

— Volvamos al lugar, a la Bolsa, que nos acoge. Confiese que el parqué es proustiano para usted.

—Ha sido muy emocionante volver aquí; se lo decía a tu compañero. Y eso que te digo de ver estas cosas por primera vez. O intentarlo. Me he acordado de aquella niña que lloraba los domingos por las tardes acordándome de mis padres.

MUY PERSONAL

• LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO O Carballiño, Orense. 27/12/1979.

— Pero Madrid es alegre y confiada.

—A mí Madrid me ha dado grandes amigos, me ha dado mi familia.

— Antes ha definido Madrid como una maravilla. ¿Eso está bien vendido por quien corresponda?

—Hay que hacer pedagogía porque tenemos cosas muy buenas pero parece que siempre las tenemos ahí. Nos hemos mal acostumbrado.

— Estará lo humano. Aunque lo ha referido antes. El mito de la ciudad despersonalizada y tal.

—Mira, una cosa que me gusta de Madrid es poder conectar con gente, con expertos en distintas áreas, y que a la primera puedes quedar con ellos a un café.

— Se comenta que se especializó, en su mocedad, en periodismo medioambiental. ¿En Madrid hay vocación por la naturaleza? ¿El dominguero es naturalista por las circunstancias?

—Para mí es muy importante el aire libre. Sobre todo después de la pandemia. Y estamos en una ciudad maravillosa, con mucho verde. Pero creo que todos somos conscientes de que hay que salir al monte.

— En el monte, en la querencia por lo verde, se ve morriña.

—Tengo que reconocer que me encanta Madrid, me veía envejeciendo aquí. Conforme pasan los años, también en mi casita en Galicia cerca del mar. Y, con todo, aquí tenemos una sierra estupenda.

— Dicen que el periodista es el segundero de la Historia. Y ahí está viéndola pasar. La Historia, digo.

—Aunque hay mucho centralismo, de acuerdo, aquí pasa todo. Madrid es como una gran hemeroteca.