El Langui: «Quiero daros un bofetón para que no miréis para otro lado»
El rapero y fundador del proyecto benéfico-deportivo Atlético Pan Bendito lanza su nuevo disco 'Espasticidad' en la víspera del Día Internacional de la Discapacidad
Juan Manuel Montilla Macarrón, 'El Langui'
Cuando era un niño, Juan Manuel Montilla Macarrón 'El Langui' empezó a darse cuenta de que era diferente al resto de chavales de Pan Bendito. «No podía correr como los demás, no podía vestirme tan rápido, cuando me caía al suelo tardaba más ... en levantarme... y aún así me empeñé en jugar al fútbol», recuerda el rapero, cuya libertad de movimientos quedó limitada al nacer debido a una lesión cerebral durante el parto. «Luego, cuando vi que no iba a poder ser futbolista entré en barrena, en una fase muy mala. Y ahí es cuando la música me salvó la vida».
Según El Langui, la espasticidad –tensión inusual del tono muscular– que sufre su cuerpo puede aplicarse de forma metafórica a una sociedad actual «formada por personas tensas, rígidas, agarrotadas, que no pueden levantar la mirada del móvil para ver lo que tienen delante». Por eso, en la víspera del Día Internacional de la Discapacidad (3 de diciembre) ha lanzado un disco titulado así, 'Espasticidad' (con rutilantes colaboraciones de Kase.O y el Cigala, entre otros), que lanza el mensaje de que «hay que intentar liberarse, soltarse, parar un momento para girar la cabeza y ver cómo está todo a tu alrededor», porque «al final, da igual que tengas discapacidad o no, todo el mundo está espástico por el estrés, la ansiedad y el individualismo».
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Una de las canciones del disco, 'Viaje', también señala a la cultura del éxito y el dinero como una causa de estrés sobre todo en los jóvenes.
Está de moda la ostentación. Toda la música urbana de ahora es ostentar, ostentar, tener el mejor chándal, el reloj de marca, el colgante de oro, los fajos de billetes en los videoclips... y llega un momento que dices, '¿pero qué les pasa en la cabeza a estos chavales?'. No apreciamos el esfuerzo, y el aprendizaje que da el camino. Hay algo más allá de 'petarlo' a la primera de cambio. Lo que menos entiendo es que algunos de esos artistas son padres, ¿les da igual el mensaje que están dando a sus hijos?
Es curioso que en la música urbana, esa cultura del dinero conviva con otra moda, que es la de querer aparentar que eres un humilde chico de barrio, tal como dice en 'Vuelta a empezar'.
Totalmente. O incluso inventarte que vienes de un barrio cuando en realidad eres de otro, como hace algún artista que va por ahí diciendo que es de Pan Bendito.
Usted estuvo hace poco en un programa de humor en televisión donde todo eran risas y bromas, pero de pronto, cuando explicó el concepto del disco, el resto de invitados bajó la cabeza o empezó a mirar para otro lado, como si escuchar su historia fuese demasiado duro.
Así fue, sí. Lo más importante para conseguir que la gente tenga empatía con este tema, es que le eche pelotas para enfrentarse a las cosas chungas de la vida. Por eso con este disco he querido daros un bofetón en la cara, he querido incomodar, para convencer a la gente de que tiene que armarse de valor para no mirar para otro lado.
Sigue al pie del cañón con su asociación 'A mí no me digas que no se puede' y sus proyectos solidarios en su barrio, como el Atlético Pan Bendito.
Sí, a tope. Tenemos varias categorías federadas y hemos abierto una delegación en Málaga con varios equipos incluyendo uno femenino. A veces cuesta más encontrar financiación, requiere mucho tiempo, pero no quiero bajar la guardia con estos proyectos porque se benefician cientos de muchachos y muchachas, que descubren valores a través del deporte y sin que les cueste un duro a sus familias.
El Langui, junto a los jugadores del Atlético Pan Bendito
¿Qué tal está el barrio en general?
Como siempre... Da igual el partido político que gobierne. Nunca terminan de hacer bien las cosas. Al menos han atendido una petición que hicimos para mejorar las dotaciones deportivas.
¿Madrid ha mejorado en cuanto a conciencia con la discapacidad?
Te digo lo mismo, hay mejoras pero son muy lentas. Por ejemplo, ¿por qué los autobuses siguen teniendo sólo dos plazas para discapacitados? Y desde aquí quiero mandar mi apoyo al gremio de taxistas. Adaptaron sus coches para personas con movilidad reducida porque prometieron unas ayudas para todo el que lo hiciera, y no están llegando. La administración tiene que hacer las cosas mejor.