LAPISABIEN
Pisos, pisillos y aguardiente
Compruebo el tiempo que llevo en Madrid, y ya no queda ni rastro de acento del niño del sur venido a habitaciones precarias
Pepe el mago
Madrid
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Iniciar sesiónHe vuelto al viejo barrio, como en el tango. He recorrido aquellos lugares donde fui feliz, donde Manolo Alcántara me llamaba de mes en mes por ver si pasaba frío, calor, y si los grandes popes de la literatura me hacían caso.
Aquel piso ... de San Mateo, compartido con un francés y un santanderino que hacían Arte Dramático. Cuando Malasaña aún no era una feria de las vanidades y las zapatillas caras. Cuando se escuchaban a los basureros en su jeringonza esforzada y quizá, por la que es hoy plaza de Pedro Zerolo, había una trifulca, una jeringuilla tirada y el suelo lleno de esputos, cáscaras de gambas y chicles que llevaban y llevan desde el Cretácico.
Volver, digo, como en otro tango de Carlos Gardel a La Latina, con sus fiestas, su Bar Maratón y un toro con el pañuelico de mis primeros y últimos Sanfermines, y que Chapu me perdone. Dice Sabina que al lugar donde has sido feliz no debes tratar de volver, pero yo vuelvo.
Madrid vaciándose. Una estampa
Jesús Nieto JuradoMe miro en la cristalera del Finisterre, que es hoy un kebab, y veo a Agustín Rodríguez Panero repartiendo la amistad, casi siendo el padre que me falta. Y al Tito Enrique, y al Tito Miguel, y Carlos Aganzo y Ondarrita en esas noches que se hacían largas, recién salidos de la peor de las pestes.
O un piso en Argüelles con unos compañeros 'gamers' a los que no debo ni deberé nada. Y qué decir de aquel sotanillo en Cardenal Cisneros, con un opositor y una venezolana sobria y bella que me quitó de mis creencias y me hizo ser más o menos lo que soy hoy mismo; la semana que viene, depende.
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O la portera, de Cuenca, que siempre me preguntaba que cuándo iba a ir a su tierra, y uno respondía «mañana, mañana, mañana». Porque el mañana nunca muere.
Compruebo el tiempo que llevo en Madrid, y ya no queda ni rastro de acento del niño del sur venido a habitaciones precarias. Voy encajando la memoria de lo vivido, cuando era dueño del tiempo, tenía pelo, y guardaba un ramillete de vanas ilusiones. Ay...
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