Los 'merenta'

Yo los veo en mis paseos más trascendentales, y pienso en que otra juventud pudo ser posible. Pero no, se llaman unos a otros 'bro' y ya está como perdida una generación de madrileños. La juventud madrileña no se puede generalizar, pero anda como átona ahora que los días son largos.

Claro que hay creadores, claro que hay cafés literarios, que son un refugio para la cultura en aquellos que aún no llegan a los treinta pero tienen el alma infectada de poesía.

Claro que hay pequeñas editoriales encargadas de que no decaiga el esfuerzo intelectual en esta Babel de todos los 'madriles', en esta Madrid de todas las Babeles. Aunque, insisto, es muy fuerte la llamada del 'merenta', que no tiene vocación de prosperar y ve el futuro como un lienzo suave que no quiere ni tocar.

La historia les ha dado a los 'merenta' unos telefonitos, y de ahí a la eternidad van desarrollando su pálida neolengua mientras en Madrid se hace verano y alguien estudia Selectividad con fruición y apuntes manchados de café.

Aún hay futuro para los jóvenes, para que las nuevas generaciones de esta ciudad aprendan la expresión «me place», que tiene resabios de otro tiempo, de otra moralidad que quizá fueran, vistos a la distancia, como diría el poeta, de los más nuestros.