LAPISABIEN
Apuntes de Pascua
La ciudad es lienzo en blanco. Y a Dios hay que disfrutarlo
La Semana Santa madrileña se despide: Decenas de tambores del Descendimiento ponen el broche final
Procesión del Encuentro, durante el Sábado Santo, en Madrid
Se ha visto, se ha sentido. Conventos, iglesias, una catedral inacabada o acabada. Templos que abrían al primer rayo de sol mientras vendían, afuera, romero y ramas de olivos. Madrid ha vivido su pasión, pasión costalera para el 'rodríguez' y visitantes. Un sentir que ... se refleja en las vallas azules, en que la cosa retoña alas, como escribiera Miguel Hernández. He estado allí, con la pasión de los hermanos. Con los moldes del Sur, con el casticismo mezclado con los habituales de Sol, carteristas quietos, por milagro, gracias al incienso. Quitemos de la ecuación a Sol, las vallas azules. Y apuntemos más bien a la sensación de debajo de las trabajaderas, o de los varales del trono (los varales de palio son doce, aunque el nombre sea el mismo).
He visto sentimiento bajo la peana en la ciudad alegre y descreída. No he venido a hablar de la fe, pero sí de lo intangible. Tengo escrito que Despeñaperros no es la frontera, que es el Alto de Navacerrada el gozne de las Castilla. Y si el modelo es Sevilla o Málaga y no otros, esto es una cuestión que hunde sus raíces en la historia, y en cómo hay que procesionar cuando la sobriedad no es suficiente para destacar entre neones. Hay que darle al pueblo a su Dios para que disfrute y llore. Aun cuando en Madrid, como lienzo en blanco patrio, hay espacio para que entre la prisa. Hay espacio de mejora.
Con esto, y ya dejo la Semana Santa, quiero decir que en el ánimo del cofrade, del sentimiento del policía municipal que iba abriendo o cerrando calles según entraba la borrasca, hay mucho margen de mejora, pero un sentir nuevo e intacto. Vengo del sur, y, reconciliado con todo este mundo, anhelo su pureza como de novia 'juanramoniana'.
A la postre, resultan buenos los mimbres, y siempre estará abierta la taberna de Antonio Sánchez con sus torrijas, dilectas de Palacio. Madrid es castiza por eso mismo, porque se santigua el inopinado. Y está todo abierto. Ya en mayo el organillo. Esta Semana Santa algo ha nacido en Madrid. Y es objetivo.