Más de 24 horas achicando agua: del río en la M-30 a la liberación de la carretera

El túnel, junto a la vía en la que se produjo la rotura, fue el principal afectado por la inundación y se convirtió en una enorme balsa de más de cien metros de extensión y dos metros y medio de altura en el agua. «Había un río», dijo el supervisor de guardia de Bomberos, respecto al momento en que llegaron al enclave.

La rotura del tubo de 500 milímetros de diámetro, de la que ahora se investigan las causas, no ha afectado a ningún inmueble. Según el Canal de Isabel II fue «fortuita». «Hemos revisado todos los edificios cercanos para confirmar que de momento no hay ningún problema estructural por el posible lavado de tierras», explicó un supervisor del Cuerpo. Tras conseguir que el agua bajase, seguirán trabajando para evaluar el tamaño del socavón y del lavado. «No parece que vaya afectar a ninguna vivienda», confió el supervisor, dando tranquilidad a todos los residentes. La calle no estará operativa hasta su evaluación y la instalación del nuevo asfalto.

Once horas fue lo que tardaron en eliminar el agua de las demás vías afectadas y reabrirlas al tráfico: General Ricardos, el túnel baipás sur de la M-30 en sentido la A-3 y la calle de Antonio López, que obligó a desviar a los vehículos por el Nudo Sur.

La incidencia provocó importantes retenciones en la M-30 en hora punta. Hubo, según desveló la vicealcaldesa Begoña Villacís, dos kilómetros de retenciones entre la zona del Palacio de la Moncloa y Marqués de Monistrol.

La Empresa Municipal de Transportes (EMT) también desvió varias de las líneas de autobuses: la 23, 34, 35, 116, 118 y 119. Metro de Madrid fue el único medio de transporte que no sufrió alteraciones.