La 'cueva de Alí Babá' de Usera: una nave con 600 kilos de carne y pescado caducados con etiquetas falsas para la venta ilegal
La Policía Municipal ya había investigado el negocio, en el que se falsificaron miles de productos de China
Madrid
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Iniciar sesiónSorpresa, indignación y asco. Mucho asco. Eso es lo que sintieron los policías municipales que entraron en una nave en pleno barrio de Usera (y que recientemente ya había sido objeto de una investigación) cuando descubrieron, entre otros miles de productos, nada menos que ... 400 kilos de carne y otros 200 de pescado almacenados de manera totalmente ilegal para su posterior venta. Se sospecha que a restaurantes asiáticos de la zona y otras partes de Madrid. Un gravísimo peligro para la salud pública, pero también un presunto delito de falsificación: colocaban etiquetas que ellos mismos creaban para dar apariencia de legalidad a cerca de 1.800 productos, además de la carne y el pescado.
Esta particular 'cueva de Alí Babá' se encuentra en la calle de Nicolás Usera y ya fue inspeccionada en la operación Nemo, entre noviembre y enero pasados, cuando la Policía Municipal intervino más de 120 kilos de marisco y pescado prohibidos en 14 inspecciones a establecimientos asiáticos de Usera. Este almacén fue uno de ellos y, como solo tenía en su planta baja (hay dos superiores) licencia para funcionar como gimnasio, se procedió a solicitar la clausura de los pisos de arriba.
Pero el pasado 5 de febrero, agentes del Cuerpo local, concretamente de la Oficina de Atención al Ciudadano (OAC) del distrito, regresaron al lugar. Algo les olía mal, nunca mejor dicho. Aquella mañana, sobre las 11, al llegar, vieron que había actividad. Por lo pronto, un ciudadano chino estaba manejando una carretilla mecánica con 500 kilos en palés, que alcanzaban la altura de 3 metros. ¿Por qué? Pues porque los colocaba justo en el lugar donde habían abierto una puerta en una pared de pladur (para subir a las otras plantas) y así taparla. Primera irregularidad.
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Carlos HidalgoLos agentes municipales han intervenido más de 120 kilos de marisco y pescado prohibidos en 14 inspecciones a establecimientos asiáticos de Usera
Como la nave es colindante a otra de la misma propietaria, que pretendía instalar allí un salón de belleza y manicura y habitaciones, o eso dijo, los agentes sospecharon que había de nuevo actividad arriba. Y lo que se encontraron fue una suerte de enorme almacén, de 170 metros cuadrados, con un total de 1.780 productos de alimentación. Carecían de etiquetado, provenían de China y, por supuesto, de información nutricional, fechas de lote, de control, de caducida d... Tampoco arrojaban datos del importador o distribuidor en España. Hay que aclarar que los comercios minoristas de alimentación tienen prohibido el reetiquetado, precisamente para evitar estos fraudes tan peligrosos.
Entre ellos, había piruletas para niños, café soluble, carne deshidratada en latas. La responsable reconoció que parte de esos productos los vendía en uno de sus supermercados y que ella misma se encargaba de etiquetarlos. En definitiva, que los falsificaba.
Comida caducada
Lo peor estaba en una de las cámaras frigoríficas, tras una doble puerta. Dentro había 400 kilos de todo tipo de productos cárnicos y otros 200 kilos de pescados y sepia. Habían sido congelados en el mismo lugar, lo que incumple la normativa al respecto: no se puede determinar en qué momento o situación se ha llevado a cabo el proceso (o si se había hecho varias veces), por no hablar de las condiciones higiénicas-sanitarias. «Aunque se supone que esta práctica se realiza cuando el producto está ya caducado o próximo a ello», precisan a ABC fuentes policiales.
La Unidad de Medio Ambiente y la Junta del Distrito de Usera recibieron toda la información, pues también había almacenados multitud de elementos eléctricos de menaje del hogar (planchas eléctricas, pequeños electrodomésticos, ollas de vapor), que también carecían de etiquetado en español (estaba en chino mandarín, códigos de la Comunidad Económica Europea, instrucciones en nuestro idioma, certificados de garantía, etcétera. Pudiera ser que también pensaran en cocinar allí los productos y dispensarlos en el mencionado supermercado.
En la planta segura había aires acondicionados, ya descubiertos en la anterior inspección, y material de obras. Lo estaban empezando a acondicionar como una zona de almacenaje.
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