Geotermia y pérgolas solares para alimentar el túnel de la A-5 y los edificios públicos cercanos

El soterramiento de la A-5, un proyecto congelado durante dos décadas que ya empieza a rodar, enterrará seis de los ocho carriles de la autovía bajo una losa de hormigón. Esa enorme lápida se sostendrá mediante hileras de pilotes anclados a los cimientos del túnel, donde se instalarán pantallas profundas y sondas que serán capaces de absorber energía geotérmica. Es el propio calor que desprende el interior de la Tierra, el calor que absorbe del sol y con el que puede mantener la temperatura constante bajo la superficie.

En pocas palabras: es un tipo de energía renovable que funciona como una bomba de calor, a partir del intercambio térmico. Con ventajas añadidas, porque este sistema disminuye un 25% el ruido, elimina los riesgos para la salud, dura una media de 50 años, reduce las emisiones de CO2 y tiene un bajo coste de mantenimiento. Según el proyecto del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, dirigida por el concejal Borja Carabante, los pilotes geotérmicos bajo la A-5 podrán canalizar una energía de 14.823 megavatios anuales. Una planta energética en plena ciudad.

Esa potencia servirá no solo para climatizar el túnel, sino los edificios adyacentes al corredor, que consumirán entre un 80% y un 90% menos de energía eléctrica. La concejalía ya ha preseleccionado algunos equipamientos públicos en el distrito de Latina susceptibles de nutrirse del calor de la Tierra. Son cinco: el centro de Formación Profesional (FP) Escuela de la Vid, la residencia de ancianos Monte Hermoso, el centro cultural El Greco, el deportivo municipal El Olivillo y la biblioteca Ángel González.

Una vez se soterre la autovía, la superficie se pintará de verde. El largo paseo contará con un carril bici y siete plazas, siete «nodos condensadores de actividad urbana» o «momentos identitarios de barrio», según el boceto municipal difundido el pasado verano. En estos puntos —como los cruces de Padre Piquer, Batán y El Greco— se levantarán pérgolas con una doble función: dar sombra a los vecinos que caminan entre jardines y propulsar el túnel bajo sus pies. Habrá cuatro tipos de pérgolas con paneles fotovoltaicos; una de ellas de diseño modular, es decir, una suerte de sombrilla rectangular de hasta 7 metros de largo y 13 metros de ancho. El Paseo Verde del Suroeste estará decorado con ocho conjuntos de pérgolas, que ocuparán una superficie total de 5.643 metros cuadrados. La energía solar producirá 1.158 megavatios anuales para climatización.

Por el futuro túnel discurrirán dos carriles por sentido de la A-5, junto a un tercero reservado a bus-VAO; un pasadizo que atravesarán, de media, 68.600 coches diarios. El consistorio estima que esta enorme infraestructura tendrá un consumo energético de 14.236 megavatios hora anuales. Pero las sondas geotérmicas y pérgolas fotovoltaicas sumarán 15.981 megavatios hora al año. El gasto está compensado. «El objetivo de este proyecto es buscar la sostenibilidad de la infraestructura de forma global y optimizar sus recursos y así lograr que su balance energético en fase de explotación sea cero», desgranan desde el Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad.

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Estos sistemas de generación de energía a partir de fuentes renovables serán la última piedra del soterramiento. Primero habrá que cavar el agujero, removiendo 1,2 millones de metros cúbicos de tierra. El 95% de ese sustrato servirá para rellenar los 260.000 metros cuadrados de nueva urbanización del paseo verde, y el túnel se apuntalará con 215.000 metros cúbicos de hormigón y 25.000 toneladas de acero. Con este macroproyecto se minimizará la hora punta de las mañanas, hasta un 23,4% el tráfico de salida de Madrid y un 16,8% el de entrada a la capital. Bajo tierra circularán 68.600 coches diarios, encima entre 450 y 650 coches cada hora; hoy son 4.254 los que enfilan cada mañana la A-5 para internarse en la urbe.

El soterramiento de la autovía a la altura del paseo de Extremadura fue la propuesta estrella de José Luis Martínez-Almeida en la campaña electoral de 2019. El alcalde ha postergado la promesa hasta su segundo mandato en el que, por fin, el proyecto dispone de una partida inicial y millonaria para comenzar su ejecución.

En los primeros presupuestos de la mayoría absoluta del PP, Almeida ha asignado 7 millones de euros al Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad para la licitación del Paseo Verde del Suroeste este 2024. Los trámites para la adjudicación de las obras se alargarán varios meses, hasta finales de este año. Aún faltan años, pero la maquinaria podría estar pululando por el norte de Madrid en el mes de diciembre.