Coche oficial, alfombra azul y Nawja Nimri lo hace todo bien en Madrid

Claro que si uno es ministro, pues camina menos que el director de la agencia que todavía lo hace menos que el jefe de gabinete del jefe de gabinete del otro ministro. Ahora bien, con veintitantos ministerios con sus veintitantas direcciones generales más las veintitantas cosas más, el alcalde José Luis Martínez-Almeida se plantea construir un parking entre el subsuelo del Metro y la superficie de influencia, para que aparquen los mil coches que asisten a los desayunos de este poder político tan español.

Los restaurantes de parné, Horcher y el extinto Jockey, hoy Saddle, saben que el dinero está en las marcas y las marcas en la gente de dinero. Así se reunieron la otra noche muchos guapos y guapas que pasean de evento en evento haciéndose una foto con la empresa que los invita a cenar.

Karl Lagarfeld pagó la última cuenta en una de estas salsas donde se dejaron ver los ingredientes que ponen de ropa y moda a los demás. Allí pululaban Rosa Copado, fotógrafo de mirada y profesión, e influenciadora o influyente, como se diga; Brianda Fitz-James, espiga elegante, belleza inquieta, muy a lo suyo que es lo de diseñar grabados que también tienen belleza y cosas; cosas de todo tipo que hacen las personas bellas; Bea Moreno de la Cova, a la que cancelaron en Vanity Fair por llamar chino a un chino; Laura Ponte, Helena Cuesta, y más mujeres del Reino a las que siempre se tiene que invitar cuando paga una marca.

Acudían a la llamada de Jorge Parra, talentoso creativo que trabaja para emblemas de moda que pagan cenas caras y que reúnen a gente guapa. Hay todo un abanico de profesionales en eso de cenar gratis haciéndose fotos. No se vayan a crear que cualquiera puede hacerlo. Hay poca gente fea en las cosas que hacen para gente guapa. También los chicos guapos se dejaron ver, como Tomás Páramo o Miguel Carrizo, pues en eso de las vanidades los géneros no existen.

Se estrenaba la última serie de Amazon, 'Punto Nemo', porque Madrid es un estreno cada tarde. Ahí estaba una de sus protagonistas Alba Flores, de negro zafiro, negro conjunto, y con cara de haber venido en un negrero de algo porque estaba muy seria. También de negro Michelle Calvo, pero de un negro distinto, un negro luminoso, negro de yate.

Y ahí, junto a ellas, Gloria Camila, que es herencia de España, la España nochera, la de Rocío Jurado y la alfombra roja, que ahora se dice azul porque nadie entiende que el rojo es el glamur y el azul un poco como de empresa de caza de talentos. La serie, por cierto, promete con un Óscar Jaenada de flaco capitán y Nawja Nimri de lo que quiera porque ella siempre lo hace bien.

No hemos tenido tiempo para más saraos y congresos, presentaciones, conferencias y todo aquello que ocurre en una ciudad que no sabe dormir. Madrid se ha puesto de moda y la moda es posible que acabe con Madrid, porque para perdurar hay que ofrecer todo eso tan distinto que nos guste a todos. Pero la ciudad tiene para dar y tomar, para regalar y quitar, para seguir siendo esa cosa que, de un tiempo a esta parte, se ha vuelto tan de esta manera. Estén atentos porque vamos a traer a estas páginas esas cosas que pasan cuando se apaga la luz.