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EL MENTIDERO

De Abril Martorell a Noelia Núñez, la decadencia del 78

Madrid se ha convertido en verano en una puesta en escena de política de segunda

Más aburrido que un trozo de nada

Noelia Núñez, en un pleno del Congreso de los Diputados EFE
Gato Magerit

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Como en verano no hay fiestas divertidas, he tenido que pegar la oreja a lo que se cuece en la política nacional. Por eso, esta columna de hoy viene a ser el espejo en el que mirarse, ya no como sociedad, sino principalmente, como mentidero ... nacional. La política española, como la arquitectura o el periodismo, ha vivido una lenta pero inevitable decadencia. Si antes se construían catedrales, hoy se hacen chiringuitos de verano. Desgraciadamente no es cosa de un solo partido: es una práctica habitual en la política del país entero. No importa el color de la bandera ni mucho menos la ideología, esa cosa rara que antiguamente levantaba proyectos políticos basados en fundamentos. Hoy, lo más parecido a una idea es un espeto de obviedades que huelen peor que una sardina podrida y que tienen menos fondo que la piscina de los niños en el hotel de pulsera todo incluido.

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