El fundador de Tuenti explica las torturas que sufrió durante el asalto a su casa: «Con un cuchillo grande me empezaron a cortar. Me decían que me iban a destripar»

Al no conseguirlo, maniataron entre continuas amenazas al estadounidense, que en ese momento residía en el distrito de Retiro, y le robaron varias tarjetas bancarias y relojes de lujo que ocultaba en la caja fuerte. Ahora, Dentzel ha hablado para contar su calvario, en una entrevista concedida a 'Espejo Público'.

«Los dos más grandes me cogieron, me rociaron la cara con spray de pimienta y me cubrieron la nariz y la boca para intentar asfixiarme. Me envolvieron en una alfombra y me llevaron a una de las habitaciones de huéspedes. Ahí me dijeron que habían venido a matarme. Después de un rato, con unas esposas de metal, me pusieron junto a un sillón. Me subieron la camisa y, con un cuchillo grande me empezaron a cortar. Me decían que me iban a destripar», relata el empresario, que señala que también le dijeron que les habían contratado porque tenía criptomonedas. «O ellos salían con esos bitcoins o yo salía descuartizado en una bolsa», cuenta.

Dentzel lamenta que el nivel de violencia no era empleado no era necesario. «Estuvieron casi cuatro horas torturándome. No hacía falta. Les dije desde el primer momento que cogieran mi iPad y mirasen el contrato con la compañía que tiene los bitcoins para que vieran que no era posible que se los diera en el momento. Eran como tontos», explica el fundador de Tuenti.

El empresario continúa desgranando los detalles de cómo le fueron torturando para lograr su objetivo. «Me dijeron que habían venido a matarme. Después de un rato cogieron las esposas de metal. Me ataron en el sillón y me taparon la cabeza. Ha sido un año horrible. Psicológicamente me ha afectado mucho y me ha generado un trauma», cuenta.

Y finaliza con un agradecimiento a las fuerzas y cuerpos de seguridad: «La Policía Nacional ha hecho un trabajo con un detalle, cariño y excelencia que me ha dejado muy sorprendido. Estoy muy agradecido a todas las personas que han estado un año trabajando porque me han vuelto a dar mi vida».