Los frescos de San Francisco el Grande, patrimonio dañado sin fecha de restauración
Las pinturas de cinco de las seis capillas de este templo franciscano están deterioradas desde hace años
Exteriores asegura que las humedades han sido selladas. «Protegemos con el mayor cuidado la basílica», añaden

Cada vez que un visitante accede al interior de la basílica de San Francisco el Grande queda fascinado. Una vez dentro, todos los ojos se focalizan en el mismo punto, la cúpula central, y las bocas se abren ligeramente, mostrándose sorprendidos ante la belleza de ... lo que esconde el templo franciscano situado en pleno centro de la capital. Sin embargo, el asombro resultante de la viveza de los colores de los frescos plasmados sobre esta cúpula -entre las más grandes del mundo, después del Panteón de Agripa y la de San Pedro-, se va disipando conforme van pasando de capilla en capilla. En ese momento, comienzan los murmullos y los dedos índices empiezan a alzarse para señalar el visible deterioro.
«Es una situación, a todas luces, intolerable», explica a este periódico Silvia, que visitó hace unas semanas este monumento y que no salió de su asombro al percatarse del estado de conservación de las pinturas de cinco de las seis capillas circundantes. Esta mujer considera que una restauración es urgente.
La basílica, obra levantada en la segunda mitad del siglo XVIII sobre un convento franciscano, se encuentra ubicada, como la tradición cuenta, donde el propio San Francisco construyó una pequeña capilla en su peregrinación a Santiago de Compostela en el siglo XIII. Esta orden religiosa, a la que Carlos III tenía especial aprecio, decidió entonces que debería tener un templo más grande.
Este rey, que jugó un papel esencial en la construcción de la basílica, pidió que el arquitecto real Francisco Sabatini terminara el proyecto y escogió a las mejores pintores de la época -entre las que se encuentran Francisco de Goya, entre otros- para decorar el interior del mismo. Desde ese momento, quedó vinculada a la Obra Pía de los Santos Lugares de Jerusalén, dependiente en la actualidad del ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
El paso de tiempo y las humedades -anteriores a la instalación de una cubierta de plomo que impida más daños- han deteriorado las pinturas de óleo sobre yeso plasmadas en cinco cúpulas de las seis capillas. Así, no existe a simple vista comparación entre los vivos colores que luce la grandiosa semicircunferencia central -con sus 33 metros de ancho y 58 de largo en su representación a Nuestra Señora de los Ángeles y las distintas figuras y santos españoles- del resto de cúpulas, con obras que parecen apagadas, partes borradas y personajes casi irreconocibles.



«Por la técnica por la que están plasmadas estas pinturas acaban perdiendo viveza. Si las comparas con la central, que fue restaurada recientemente, se nota que los colores están mortecinos, que le falta viveza», señala a ABC el Padre Pedro, tras la eucaristía de las 10.00 horas en la capilla de Nuestra Señora de las Mercedes. «Tiene que pasar por aquí un buen restaurador. Hay proyectos, pero falta dinero que los cubra», considera el cura que desde hace más de una década dice misa, junto a otros frailes del convento anexo a estas instalaciones, en esta basílica franciscana.
Otro lavado de cara
Los últimos trabajos llevados a cabo en esta basílica fueron en 2018, cuando los ministerios de Fomento y Educación y Cultura y Deporte invirtieron más de 200.000 euros en, según informaban entonces, las pinturas murales de dos de las seis capillas. Sin embargo, este lavado de cara tan solo se puede apreciar totalmente en la de Santiago, situada a la derecha de la escultura que representa precisamente a este apóstol.
Esta cuestión, que está asimilada por los habituales de templo, llama la atención a los miles de madrileños y turistas que visitan San Francisco el Grande cada semana. «No hay día que no me pregunten. Al final, son curiosos y me insisten en que es una pena que no hayan arreglado todo», cuenta a ABC uno de los guías que pasa la mañana hablando con grupos en el interior de este monumento.
Al igual que el Padre Pedro, estos trabajadores son conscientes del gasto que supone una restauración de estas dimensiones, lo que consideran el principal impedimento para que los especialistas se pongan manos a la obra con este monumento.
Fuentes oficiales del ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación han explicado a ABC que «las humedades provenientes de la cubierta ya han sido selladas». No han detallado si actualmente trabajan o plantean algún proyecto para mejorar el estado de las cúpulas dañadas de este monumento. «Exteriores protege con el mayor cuidado la basílica», han sentenciado.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete