La fiesta de la Constitución deriva en otro 'duelo a garrotazos' entre el Gobierno de Sánchez y Ayuso

Una gran imagen de la muestra del pintor valenciano presidió el acto, con todo el sentido porque el desastre de la DANA y la solidaridad con las víctimas estuvo presente en todo el evento y porque Sorolla «representa los lazos profundos que unen a dos pueblos: el madrileño y el valenciano», según afirmó el delegado.

La belleza de los cuadros quedó detrás de esos paneles, porque en la parte de delante se vivió un capítulo más de la bronca interminable entre el Gobierno de Sánchez y el de Ayuso, más propia de un cuadro de Goya.

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El delegado invitó a todas las administraciones, pero ni la presidenta regional ni el alcalde Almeida acudieron. Este había organizado otro acto sobre la Constitución una hora antes a pocos metros de ahí, en la Plaza de Oriente ante el Palacio Real. Será por homenajes a la Constitución. Tampoco estuvo ningún representante de Vox en el evento del delegado. Entre los más de 400 invitados destacó el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, que nada más llegar lamentó el choque institucional con Ayuso y pidió a la presidenta regional que rectificara y volviera «a la senda del consenso».

También estuvieron junto al delegado un clásico del PSOE de Madrid, Rafael Simancas, la presidenta de la gestora, Isaura Leal, y buena parte de los diputados del Grupo Socialista en la Asamblea, pero no Juan Lobato. El alcalde se Fuenlabrada, Javier Ayala, uno de los críticos más rotundos contra el exlíder del PSOE de Madrid, no faltó a la cita.

«Como saben, este acto como tal es una anomalía», reconoció el delegado al comienzo de su discurso, plagado de dardos contra la presidenta autonómica. «Es el indeseado resultado de un nuevo paso adelante en la confrontación y la división y, por tanto, un significativo paso atrás en la aplicación de la Constitución que hoy conmemoramos». El delegado, que el martes acusó a Ayuso de querer silenciar al Gobierno y de convertir la Real Casa de Correos en el «epicentro de los vetos, los bulos y las amenazas», apeló al entendimiento y recordó que la Constitución nació de la concordia y el encuentro: «Una concordia que hoy vuelvo a reclamar, a pesar de los garrotazos».

El delegado, que reclamó lealtad institucional a todas las administraciones , acabó su discurso con un «¡viva la Constitución!», pero no con el «¡viva el Rey!» y «¡viva España!», que sí exclamó Ayuso el día anterior en la Puerta del Sol. Desde el Gobierno regional madrileño se acusó ayer al delegado de «sembrar la discordia y la confrontación» y de ser un «comisario político» del «sanchismo» en la región.