Explosión en Malasaña: «Pensaba que el techo se me caía encima. Había humo, polvo y ya vi a la mujer tirada en el patio»

En ese mismo momento, pero en la tercera planta del edificio de Malasaña, la situación se repitió. «Ha temblado todo. Se ha movido la cama entera. Me he asustado pero no imaginaba que se trataba de una explosión, sino que se había estampado un camión. Al asomarme a la ventana había muchos cristales rotos en la calle«, cuenta Mario, al que no le dio tiempo ni a calzarse antes de echar escaleras abajo. »Solo he podido a ver a otro vecino intentando ayudar a la mujer que estaba en el patio; y no lo ha conseguido por la cantidad de escombros que había«, añade.

La mujer era la dueña del bajo, un local reconvertido en vivienda. Y lo que acababa de ocurrir instantes antes en el edificio del centro de Madrid fue una explosión provocada por una bombona de butano. En principio, un accidente doméstico que dejó herida de gravedad a la propietaria, de 70 años, con cortes y el 50 por ciento del cuerpo con quemaduras, la mitad de segundo grado. La primera patrulla de la Policía Municipal consiguió sacarla de entre los cascotes, inconsciente, y tuvo que ser intubada y trasladada al Hospital de La Paz, donde se recupera de las heridas.

Otro hombre, un peatón de 48 años, también resultó afectado, aunque fue dado de alta directamente en el enclave por sanitarios de Samur-Protección Civil. En su caso, sufrió los efectos de la onda expansiva.

La Policía Nacional investiga ahora las causas de la deflagración de la bombona de butano, puesto que todavía se desconoce si estaba en mal estado, si la víctima se encontraba manipulándola o si el fallo surgió en la instalación.

La explosión en el bajo causó un incendio que, según informan fuentes policiales, se estaba propagando ya hacia el piso superior. Bomberos del Ayuntamiento de Madrid procedieron a apagar las llamas y, posteriormente, a retirar todos los escombros, una vez que se enfriaron. La tarea no fue sencilla, ya que la tratarse de un edificio antiguo el entramado es de madera.

Asimismo, provocó daños estructurales que afectaron sobre todo a un muro de carga y al forjado del piso inmediatamente superior. Mientras tanto, la Policía Municipal colaboró con la Unidad de Apoyo Aéreo facilitando imágenes a los bomberos desde los drones.

El delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, explicó este viernes que la mayor parte de la superficie de la edificación tendrá que ser apuntalada; aunque no existe riesgo de colapso, y habrá que recuperar el forjado derrumbado para garantizar la seguridad, así como en la caja de las escaleras. De las 20 viviendas que conforman el inmueble, las peores paradas son el bajo, que ha quedado siniestrado, las del primer piso y doce a las que daba servicio ese muro de carga. También los locales comerciales.

En el número 28 de la calle de San Vicente Ferrer viven 78 vecinos que no podrán regresar a sus viviendas, al menos, hasta el lunes, según las previsiones municipales. Bomberos los acompañaron a recoger medicinas y objetos personales. Otro de los moradores, también de la primera planta, Eddy, tan solo era capaz de agradecer que no hubiese víctimas mortales. Él solo alcanzó a coger su documentación, las llaves y el móvil. Todos los afectados han recibido ayuda de Samur Social, que les ha ofrecido una alternativa habitacional hasta que puedan regresar a casa. Según confirmaron este viernes fuentes del Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, cuatro vecinos la han aceptado por ahora.

Por prevención, en el primer momento del suceso se decidió cortar el gas en la zona –que permaneció acordonada–, al no saber el origen de la explosión, algo que afectó a los números 30, 28 y 26 de la calle. En este último, los vecinos de las diez viviendas que lo conforman también tuvieron que ser desalojados, aunque pudieron regresar a sus casas antes de que la jornada llegase a su fin, tras comprobarse el estado de la estructura.