Estados Unidos busca promesas del deporte en Madrid: «Se te saltan las lágrimas al ver que lo ha conseguido»
Desde 2001, academias americanas han becado a 4.000 jóvenes españoles, de los que un 46% eran madrileños
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NATALIA LOIZAGA y Amina Ould
Lola y Marta, compañeras de club deportivo y amigas, llegaron y se fueron juntas ayer de las instalaciones del colegio Tajamar. Ambas comparten pasión por el fútbol y se dejaron la piel en el campo para demostrar su valía en este deporte. Como ellas, a ... primera hora del día, decenas de adolescentes llegaban con sus familias hasta las pistas de este centro educativo. Todos con un objetivo en mente: dar lo máximo de sí mismos y exhibirse para llamar la atención de los ojeadores que han viajado desde Estados Unidos hasta la capital española para seleccionar a los becados que pasarán un curso al otro lado del charco.
Buscan jóvenes talentos. Lo llaman 'draft' americano o American Youth Draft, un evento en el que entrenadores de varias academias estadounidenses seleccionan a jóvenes españoles de entre trece y diecisiete años que destacan en fútbol o baloncesto. El evento, que tiene lugar este fin de semana, es el más grande de España en esta materia. Los participantes tendrán que enfrentarse en partidos de sus respectivos deportes para que estos profesionales, que no les quitarán ojo ni un minuto, evalúen su técnica y deportividad. Además, las calificaciones escolares también suman a la hora de decidir, junto con el nivel de inglés, que será lo que les permita hacer migas con los estudiantes americanos con los que deberán convivir. Así, no solo buscan grandes estrellas del deporte, también a jóvenes que puedan integrarse junto con el resto de estudiantes americanos.
En Madrid y al estilo americano, imitando las selecciones de competiciones como la NBA, quince academias estadounidenses evaluarán a doscientos jugadores. «Como saben que hay gente viéndoles se nota un ambiente competitivo», cuenta a ABC Javier García, portavoz de Deaquiparafuera, la empresa organizadora del evento. La innovación se erige como la novedad de este año, con la presencia de un instituto, Spire Academy, que aplica tecnologías utilizadas por la NASA, el FBI o el Ejército estadounidense.
La mayoría de estudiantes con beca se decanta por las carreras menos exigentes
Beatriz L. EchazarretaY así fue como con el pitido inicial, todos los ojos estaban pegados al campo para no perderse ni una jugada de los jóvenes que dieron todo de sí con pases, regates y paradas que las podrían firmar jugadores profesionales. Cada exhibición era aplaudida y valorada por los todos los asistentes, entre los que se encontraban los familiares de estos jugadores. «Estamos aquí apoyando a Marta porque el fútbol es la pasión que más le mueve», relata Teresa, su madre, acompañada por su marido y el hermano de esta futbolista de 15 años y estudiante del colegio Calasancio.
«Se te saltan las lágrimas al ver que ha conseguido su objetivo, ha salido de la zona de confort y ha vivido la experiencia»
Luis Miguel Pindado
Padre de Daniela
Han pasado la mañana comentando el partido, pero también debatiendo el dejar ir a su hija tan lejos, con miedo a que una vez se vaya fuera, no vaya a querer volver. «Sinceramente, no quiero que se vaya y perderme años de su vida, pero sabemos que es una oportunidad única. Eso sí, si no consigue la beca, no pasaría nada», remarcan los padres de esta adolescente.
Un caso de éxito
Mientras estos adolescentes buscan abrir las puertas de su futuro profesional este fin de semana, otros dieron esos mismos pasos, y con éxito, hace años. «Se fue allí como una valiente», asegura Luis Miguel Pindado a este periódico. Su hija Daniela, futbolista apasionada desde los tres años, consiguió una beca para irse a estudiar a Estados Unidos por destacar en el campo con tan solo 14 años. De Madrid pasó a vivir en Filadelfia, donde compagina sus estudios de bachillerato con su participación en una liga de fútbol femenino. Como a ella, institutos americanos han becado a 4.000 estudiantes españoles desde el año 2001, de los que alrededor del 46% son madrileños.
En la capital, Daniela era portera del Madrid Club de Fútbol, y durante las pruebas llamó la atención de varios entrenadores. «Creo que destaqué porque era la única chica que había, porque en ese momento el fútbol femenino no era tan grande, aunque ya cada vez más chicas empiezan a jugar», cuenta. Tras marcharse con una de estas becas y gracias a su rendimiento en el deporte, ha conseguido una subvención total para estudiar un grado en la Universidad de Búfalo.
«Se te saltan las lágrimas de ver que ha aprovechado el tiempo, que ha conseguido el objetivo, que era perfeccionar el inglés, salir de la zona de confort y vivir la experiencia», dice su padre. Que su estancia se alargase a más de un año fue inesperado, pero lo acogen con ilusión. Daniela todavía no tiene claro cuándo volverá.
«Destaqué porque era la única chica que había y en ese momento el fútbol femenino no era tan grande»
Daniela Pindado
Futbolista becada
«No esperábamos que fuese a pasar, fuimos por curiosidad», cuenta Luis Miguel, quien trataba de mermar las expectativas de su hija por temor a que tuviesen que rechazar la beca. Aunque todos los asistentes a las pruebas tienen derecho a una con solo participar, no todos las aceptan por los gastos que supone pagar lo que no cubre la subvención. «Habíamos oído que era un desembolso y lo tratábamos con mucho miedo», confiesa. La media de las ayudas otorgadas rondan los 30.000 euros por alumno, según los organizadores.
Sin esperanza ninguna de que las pruebas fuesen a dar tan exitoso resultado, la portera madrileña asegura que la sensación de conseguirlo se asemejaba a estar en un sueño. «Mi mente no funcionaba bien, pensaba que no era real», asegura. Ahora puede decir, orgullosa, que ha parado balones en destinos como Carolina del Norte, Florida, Washington y California.
«Saben que hay gente viéndoles por lo que se nota un ambiente competitivo»
Javier García
Portavoz de la organización Deaquiparafuera
Padre e hija coinciden en que la parte sentimental es la más dolorosa. «Cada vez que viene y se vuelve a ir, hay un momento de romper a llorar», cuenta Luis Miguel. Él, que la acompañaba a entrenamientos y partidos, nota con especial pesar la ausencia de su hija. Aun así, reconoce su orgullo al escucharla desenvolverse en un más que dominado inglés o hacer tareas sola que, nada más marcharse, parecían más complicadas que parar un gol: «Ahora ya tiene más independencia, ahora es feliz».
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