Escalada de delitos con patinetes eléctricos: mil incidentes en 17 meses, sobre todo por lesiones
La Unidad de Policía Judicial de Tráfico detecta un aumento de los delitos cometidos en vehículos de este tipo y en los conductores drogados en Madrid
Detectan talleres que trucan los patinetes para que puedan alcanzar hasta 110 kilómetros por hora
La Policía Municipal estrecha el cerco al conductor del patinete que mató a una anciana y huyó
El comisario de la Unidad de Policía Judicial de Tráfico, Fernando Argote
Se engloban dentro de los llamados vehículos de movilidad personal (VMP), aunque la práctica totalidad de los que circulan por las vías de Madrid son los conocidos como patinetes eléctricos. Se han convertido en una verdadera plaga en la capital. También en otras ciudades españolas ... y europeas, como París. Allí, a primeros de abril, un referéndum convocado por la alcaldía derogó su uso (de los 15.000 de alquiler operados por empresas, no los de uso privado de los ciudadanos) debido a las altísimas tasas de incidentes sufridos.
Aquí, la Policía Municipal ha gestionado, en solo un año (1 de enero al 31 de diciembre de 2022), un total de 662 accidentes o similares provocados por los VMP. Es decir, dos al día durante 12 meses. Y que se hayan conocido. Fuentes del Cuerpo local explican a ABC que, efectivamente, «están creciendo los asuntos penales relativos a los patinetes» (ver gráfico superior que acompaña al texto).
Concretamente, entre el 1 de enero de 2022 y el 30 de mayo del 2023 del total de 999 incidencias importantes, 693 son lesiones leves y 31 lesiones graves; 151, daños materiales, y 124 corresponden a conductores que «carecían de licencia».
En realidad, lo que ocurre en estos casos es que los encartados, al superar el límite de 25 kilómetros por hora, se considera que llevan el equivalente a una motocicleta u otro vehículo de motor similar; de ahí que se les impute la conducción sin permiso, pese a ser patinetes.
En uno de los calabozos de la actual ubicación de la Unidad de Policía Judicial de Tráfico, en la Casa de Campo, se acumulan decenas de estos artilugios, tan temidos y denostados por tantos conductores de turismos en la capital. Y tan utilizados, sobre todo, por jóvenes y personas que apuestan por una movilidad más sostenible. Los allí depositados tienen la potencia trucada: hay gente que se las apaña, incluso en talleres de su confianza, para que alcancen velocidades de hasta 80 y 110 kilómetros a la hora, una barbaridad.
Datos históricos
Durante el pasado 2022 (último ejercicio completo), la Policía Judicial de Tráfico de la Policía Municipal de Madrid, encargada de la investigación de siniestros y atestados contra la seguridad vial, intervino en 28.218 asuntos (70 al día), que se tradujeron en 5.865 diligencias penales (15 diarias de media); hubo, asimismo, 10.935 siniestros con daños, de los que 989 llevaron en esta unidad, al haber de por medio consumo de alcohol y/o drogas. En total, se produjeron 494 siniestros con lesiones graves o con resultado de muerte. Y 7.700 con lesiones leves (de las que 786 también tenían de trasfondo a gente que había bebido o tomado sustancias prohibidas).
Ahora, un capítulo de curiosidades: ¿sabía que la primera prueba de alcoholemia se realizó en 1975? ¿Y que hasta 1982 la Policía Municipal de Madrid no asumió la investigación de siniestros viales? ¿O que hasta 2015 no se realizó la primera prueba de saliva en conductores para detectar el consumo de drogas? ¿Y que la Unidad de Atestados, creada en 1990, cuenta ahora con 170 policías para una ciudad con 3,5 millones de habitantes (sin contar otro millón y medio flotante)? ¿Que un etilómetro es un aparato homologado por la Agencia Española de Meteorología, mientras que un alcoholímetro es solo un método indiciario?
Más positivos en drogas
Las pruebas de drogas positivas son las que más están subiendo, explica el comisario que dirige la unidad, Fernando Argote. Sólo los agentes a su cargo pueden realizar estos test, como señala la Ley de Enjuiciamiento Criminal. En un principio, detectan cinco sustancias: cocaína, opiáceos (heroína), hachís, anfetaminas/metanfetaminas y marihuana. Se llevan respetando la cadena de custodia a los laboratorios de Madrid Salud, que permiten discernir 25 tipos de drogas.
Son técnicas vanguardistas que nada tienen que ver con el tópico de los 'pone-multas' de tráfico. La unidad cuenta con 22 drones, capaces de realizar una fotometría con los que retratar, al milímetro, la escena del suceso. Están los láser escáneres. Se analizan las CDR de los vehículos (o cajas negras, por así decirlo), que graban los cinco minutos previos al siniestro (la velocidad, la deriva de la dirección, el movimiento de la caja de cambios...).
El caso grave más reciente es el atropello doblemente mortal en el paseo de Extremadura, donde un delincuente, acompañado de su mujer, el bebé de ambos (una niña) y un primo, se llevó por delante a dos ancianos y dejó heridas a otras cinco personas. La Unidad de Policía Judicial de Tráfico de la Policía Municipal es la encargada de este peliagudo asunto. Ya han conseguido meter en prisión provisional al conductor (que, además, huyó del lugar corriendo y se entregó más tarde), acusado, entre otros delitos, de dos homicidios doloso, algo muy complicado de concretar en este tipo de siniestros.
Las pesquisas continúan, con la recogida y visionado de múltiples cámaras; el cálculo de la velocidad a la que iba el homicida; la distancia entre ambos arrollamientos mortales; y, muy importante, el análisis del Mercedes, que estaba en perfectas condiciones mecánicas, de manera que el acusado no podrá alegar que le fallaron los frenos o cualquier otro elemento.
Otro caso resuelto es el de una mujer, doctora en Química, que cruzó un buen tramo del paseo de la Castellana en sentido contrario. Dio negativo en alcohol y drogas; pero el posterior análisis más en profundidad demostró que iba hasta arriba de benzodiacepinas. Una labor policial callada pero a la vanguardia del siglo XXI.