Un empresario de diamantes del Congo encargó los 200 kilos de cocaína interceptados en un pase en Madrid

Los otros dos encartados son un compatriota del anterior, también participante en la rama financiera de esta organización criminal, y un colombiano asentado en España y que, presuntamente, era el dueño de la cocaína en nuestro país y encargado de la logística de entrada y traslado hasta la capital.

La operación Picaya (por la llamada fruta del dragón) comenzó en agosto pasado. La Udyco Central tuvo conocimiento, por su intercambio de información con la DEA estadounidense, de la salida de una partida importante de droga desde Guayaquil (la segunda ciudad en importancia y principal puerto de Ecuador) hasta España. El contenedor estaba marcado por los agentes y se permitió su desembarco en Algeciras, para seguir su rastro.

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Unas huellas que llevaro hasta Madrid. Hace unas semanas, los investigadores tuvieron conocimiento de que el colombiano iba a hacer el pase de la cocaína a los congoleños en el aparcamiento del centro comercial Montecarmelo, en el barrio del mismo nombre (Fuencarral-El Pardo).

Pero allí les estaban esperando los policías, que cayeron sobre ellos y, tras pasar por los calabozos de Canillas, llevaron a los tres detenidos ante el juzgado de Instrucción número 19 de Madrid, que decretó su ingreso en prisión provisional. Los congoleños habían venido a la capital expresamente para llevar a cabo reuniones con el conseguidor, encuentro en el que iban a trazar la operativa para mover la droga, una parte de la cual, al menos, iba a ir a parar a África.

La droga se encontraba en 171 paquetes de algo más de un kilo cada uno. El cálculo es de que su precio en el mercado es de unos 6 millones de euros (a razón de 30.000-32.000 euros el kilo y siempre según la pureza del material). El alijo estaba escondido en una furgoneta, dentro de caletas (habitáculos fabricados para tal fin) situadas debajo de los asientos. Y fue durante el último de esos cónclaves delictivos cuando se les echó el guante.

Además de los 197 kilogramos de la droga, han sido intervenidos varios dispositivos móviles, 2.800 euros, 5.000 dólares y 50.000 USDT, un tipo de criptomoneda llamado 'tether'.

Precisamente, el pasado agosto, un cargamento de 165 kilos de polvo blanco fueron requisados en el aeropuerto de Barajas, escondidos en un cargamento de picayas. El alijo provenía también de Ecuador y en ese dispositivo fueron arrestadas cuatro personas: tres varones y una mujer a quienes, como ahora, se las acusa de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal. Dos son pareja, un argentino de 53 años y ella española de 41 en el momento de los arrestos. Fueron apresados en una gasolinera de la localidad toledana de Yuncos.

Sus dos compinches son albaneses, de 25 y 31 años, quienes fueron sorprendidos en una nave industrial de Moraleja de Enmedio, concretamente, en la calle del Bronce. Todos los hombres estaban en situación ilegal en España.

La aprehensión se realizó en la terminal de carga de la T-2 de Barajas; el estupefaciente venía escondido en tres contenedores con la mencionada fruta del dragón. El material iba a ser entregado en la nave en el momento en que los agentes de la Udyco Central se abalanzaron sobre ellos.