Emilio Viciana, Consejero de Educación: «Los profesores no son supermanes que resuelven los problemas del alumno»

—Tiene a la escuela pública en pie de guerra: una huelga el día 8 y otra el martes 21.

—La reivindicación principal es la vuelta a las 18 horas lectivas, aunque luego han incluido mas cosas. Les he transmitido que lo que piden es perfectamente razonable, pero se olvidan de otras muchas cosas buenas que ha hecho la Comunidad, que suponen una inversión muy alta, y todo a la vez no se puede hacer. Hablan de un malestar de los profesores y yo creo que estos no están en una mala situación: hemos bajado las ratio, incrementado sus retribuciones y las productividades. Pero esto no se ha adoptado en una negociación con los sindicatos; ellos no se pueden poner la medalla, y no las valoran en absoluto. Queremos trabajar en algún tipo de oferta que a lo mejor incluya esas 18 horas pero también otras cosas; hacer un pacto global por la educación.

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—¿Porqué se ha modificado el plan del bilingüismo? ¿No estaba saliendo bien?

—Tenemos un refuerzo del bilingüismo y estamos metiendo asignaturas nuevas optativas para reforzar este programa bilingüe. Pero se inició hace 20 años y el mundo no es el mismo. Y por otros informes, hemos notado una merma en los conocimientos de historia por parte de los alumnos, y eso lo queremos reforzar, y queríamos que la Historia de España se diera en español.

—¿Cómo va la ley de universidades madrileñas? ¿Cuándo estará lista?

—Es inminente. Hemos decidido juntarla con la Ley de Ciencia, en una sola. Estamos ultimando el borrador de la norma, que puede estar en dos semanas. Antes de presentarlo en la Asamblea, nos reuniremos con los rectores. Partimos de un contexto malo: la Ley Orgánica del Sistema Universitario. Dentro de nuestras competencias, queremos mejorar la parte que nos toca.

—¿En ella se resuelven los problemas de financiación?

—Definir un sistema de financiación lo impone la Ley de Universidades y estamos trabajando en ello: plurianual para que puedan planificar; con un sistema por objetivos para que una parte de la financiación vaya vinculada a su cumplimiento; un mínimo de contabilidad analítica; y un sistema de rendición de cuentas: nada tiene que ver la autonomía universitaria con que se haga una gestión responsable y eficiente de los fondos públicos.

—¿Tenemos demasiadas universidades privadas en Madrid?

—Tenemos algunas de las universidades privadas más prestigiosas de España. El discurso reiterado de la izquierda que intenta atacar la universidad privada es erróneo, irresponsable e ignorante: existe complementariedad entre ambas.

—Los universitarios siguen acampados en la Complutense. ¿Ha abierto una guerra con la CRUE por su decisión de cortar relaciones con universidades israelíes?

—No, guerra con la CRUE ninguna, pero era necesario advertirla del enorme error y la extralimitación de sus funciones que estaba cometiendo. Me da la sensación de que ese comunicado que publicó se ha elaborado desde un punto de vista puramente político, y se ha olvidado de la parte jurídica.

—Volviendo a Enseñanza Primaria, Secundaria y ESO: ¿volverá a haber bajada de ratios el próximo curso?

—En el curso 24-25 vamos a continuar con tercer curso del segundo ciclo de infantil, y 2º de la ESO. En la ESO bajamos de 30 a 25 alumnos, y en infantil pasaremos de 25 a 20.

—¿Cómo puede haber nuevos barrios con Mercadona pero sin colegios públicos?

—Hay una diferencia muy grande entre la velocidad de construcción privada y pública: en la pública desde que se pone en marcha la licitación hasta que el centro está terminado, pueden pasar tres años largos. Toda esta parte, en el sector privado se lo ahorran. Y la planificación que se haga tiene que ser muy responsable: puede haber una nueva zona con un colegio o instituto a 700 metros, pero los vecinos lo quieren enfrente. Y a lo mejor el otro se está quedando vacío. Pero en todo caso, la Consejería de Educación tiene más obras licitándose que la Consejería de Vivienda.

—¿Cuántos alumnos empiezan el curso en barracones en Madrid?

—Tenemos unas 320 aulas modulares, repartidas donde es necesario. En algunos casos, cuando ya no hacen falta, los propios directores de los colegios nos piden que las mantengamos, porque les sirven como aulas de desdoble, laboratorios, etc. Educación está dando prioridad a aquellas construcciones que nos servirían para eliminar las modulares de calidad menor.

—CC.OO. les acusa de desmantelar de forma intencionada la escuela pública en beneficio de la concertada.

—Como casi todo lo que dicen, es falso. En absoluto se está haciendo ningún tipo de actuación para desmantelar la pública. La educación concertada es un baluarte de la Comunidad de Madrid; desde el Gobierno central se ha tratado de eliminarla, y creo que hay cientos de razones por las que debe continuar. Permite un proyecto de centro que facilita la libertad de elección: educación de tipo religioso, o proyectos pedagógicos de carácter específico. Seguiremos trabajando por la concertada y por la pública, y vamos a trabajar defendiendo ambos sistemas y también la privada.

—Ustedes recurrieron ante el Tribunal Supremo los currículums de Bachillerato por falta de saberes esenciales y por su carga ideológica, y anunciaron que revisarían los libros de texto. ¿Lo han hecho?

—Si, la Inspección Educativa, y hasta ahora, no hemos encontrado ninguno. Pero hay cuestiones en la norma estatal como la enseñanza de la Historia, el propio diseño de los exámenes, del sistema de evaluación, de las calificaciones, la relevancia que se dan a determinadas cuestiones, el omitir otros aspectos como la historia del siglo XX… todo eso es ideológico. Nosotros, dentro del escaso margen del 40% del curriculum que podemos utilizar, intentamos compensar eso.

—En Madrid no se usan los móviles en clase. ¿Está de acuerdo con el uso de tabletas en los colegios desde Primaria?

—Aquí hace años que se prohibió el uso de móviles durante la jornada lectiva, lo que incluye los recreos. Creemos que ejerce un efecto negativo no sólo en el aprendizaje sino también en el desarrollo social de los alumnos. No creemos que sea malo que el profesor se ayude de una pizarra electrónica que le permita hacer exposiciones, dibujar, proyectar vídeos.... Lo que nos preocupa es que se prescinda de los libros de texto de manera absoluta para sustituirlos por tabletas. Lo que estamos diseñando es un sello al que de manera voluntaria, los colegios se puedan acoger a él, que puedan decir: «Nosotros, en nuestro proyecto pedagógico no utilizamos pantallas». No podemos dejar de pensar en la enorme importancia que tienen los libros de texto, y no debemos dejarlos de lado.

—Respecto al acoso escolar, ¿funcionan los protocolos en los colegios?¿O sólo se ponen en marcha después de que se produce el incidente?

—Hay que actuar a priori, preventivamente. A posteriori, un protocolo tiene una función, pero hay que evitar llegar a él. Y por otro lado, tenemos que dejar de pensar que los profesores son los supermanes que van a resolver todos los problemas de los alumnos. No es así; un profesor llega hasta donde llega, y llega muy lejos, y tiene una gran responsabilidad y una gran tarea, pero no puede ser el responsable del salud mental, del acoso, de la salud física de los alumnos, de las adicciones… Queremos potenciar la figura de los tutores, que son los que mejor conocen a los alumnos, su autoridad y su capacidad de reacción, para que sea él el primero que detecte el problema y de la voz de alarma.

—¿Qué hacemos con la EVAU?¿Puede haber una prueba única para toda España?

—Una EVAU única es irrealizable porque no tenemos unos contenidos únicos de los que examinar: hay un 60 o 70% de contenido estatal y el resto autonómico. Las comunidades del PP estamos trabajando hace tiempo en un sistema de EVAU común que vamos a presentárselo en breve a los rectores de las universidades. Permite homologar y armonizar determinadas cuestiones como el sistema de corrección, el nivel de exigencia, con cuántas faltas de ortografía puede aprobarse un examen… Queremos ponerlo sobre la mesa y enseñárselo al ministerio y enseñarle que es posible.