Elecciones a rector UCM: Un duelo bajo la sombra de Pablo Iglesias

Asumió hace cuatro años la tarea de dirigir la mayor universidad presencial de España. Un reto, ya de por sí complicado, al que la llegada de la pandemia dio la estocada final. El programa que Joaquín Goyache presentó se quedó paralizado y los esfuerzos se centraron, en la medida de lo posible, en instaurar a toda velocidad una digitalización que muchos consideraron tardía. Algunos aplaudieron su gestión; otros lo acusaron de no hacer suficiente. Pero más allá de eso una decisión lo ha penalizado en algunos sectores estudiantiles: nombrar a Isabel Díaz Ayuso alumna ilustre.

En primera vuelta, Goyache cosechó el 25% de los votos de la comunidad educativa, siendo el más votado; hoy, en el llamamiento definitivo, la mayoría simple le permitiría continuar con sus políticas otros cuatro años, pese a que un pacto de última hora le dificulta poder revalidar el título.

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Sara Medialdea

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«Trabajar el bienestar» del personal y los estudiantes; desarrollar la sostenibilidad de la Universidad Complutense, y conseguir financiación estable para situar al centro educativo entre los 100 mejores de mundo. Estos son los principales objetivos de la candidatura de este catedrático en Sanidad Animal que considera, tal y como ha declarado en una entrevista a este diario, que si es Esther del Campo, su oponente, la que se alza con la victoria «Podemos también tomará el poder».

«Estoy contento. Era difícil pasar a segunda vuelta con tantos candidatos», valoró Goyache el 21 de marzo, cuando se celebró la primera noche de elecciones. La alegría pronto se esfumó: la segunda candidata más votada, la de Del Campo, anunció un pacto con los aspirantes descartados, entre ellos, Iñaqui López, vicerrector con Goyache. «Un pacto forzado, como suele pasar cuando se deja de mirar hacia el bien común e imperan otro tipo de intereses», calificó el todavía rector al enterarse. Hoy, 76.359 votantes decidirán: continuismo o un cambio que, desde el momento en que se ha anunció, ha estado vinculado a la izquierda al liderarlo la decana de la facultad en la que trabaja Pablo Iglesias.

Puede lograr un gran hito: ser la primera rectora en los 730 años de historia que tiene a sus espaldas la Universidad Complutense de Madrid. Esther del Campo, catedrática de Ciencia Política y decana de la facultad, era una de las rivales a batir en estas elecciones, las más concurridas con hasta ocho aspirantes. El 18% de los votantes le mostraron su apoyo en primera vuelta, muy lejos del 50% necesario para el cargo, y durante el recuento se disputó hasta el final el puesto con María Castro, catedrática de Educación que finalmente logró el 16%.

Hoy, la mayoría simple podría hacer que Del Campo desbancase a Goyache. Para estar más cerca de lograrlo, la posible nueva rectora ha intentado cubrirse las espaldas con un pacto alcanzado 'in extremis', después del primer llamamiento a las urnas. Ella lo ha llamado 'Acuerdo por el Cambio': un convenio «plural» en algunos sectores; un «mero reparto de sillones» para otros. Lo cierto es que, más allá de este tratado que podría auparla hasta el rectorado, Del Campo ha conseguido unir a los descontentos con la gestión de Goyache. Entre ellos la llaman «la rectora de los estudiantes».

Desde el decanato de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, calificó a Pablo Iglesias de «hijo pródigo» cuando volvió a la docencia, aunque defiende que se trata de un alumno más. Desde entonces, la alargada sombra del exvicepresidente planea sobre la candidatura, calificada incluso de «extrema izquierda». Su equipo lo desmiente, argumentando que en el nuevo acuerdo van aspirantes (tres que no lograron los votos suficientes) de ideología conservadora, como Iñaqui López, vicerrector con Goyache que abandonó el equipo por discrepancias y que ahora se suma a las listas de Del Campo.

La decana ha prometido instaurar un vicerrectorado de Igualdad y devolver a la Complutense la importancia que un día tuvo para que «recupere el centro del sistema universitario público». Como novedad, creará una Oficina de Captación de Recursos para incentivar a los investigadores e impulsar la creación de patentes, además de «fortalecer» las becas.