El dragón rojo se muda a Madrid: crecen en un 30% los chinos que compran casas por la 'golden visa'
Alrededor del 80% de los clientes del país asiático pagan los pisos al contado y siempre en busca del canal exprés para la residencia
Inversores y extranjeros pagan al contado: las compras de casas sin hipoteca suavizan la caída del mercado inmobiliario
Madrid
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Iniciar sesiónSe anuncian a la vieja usanza, con repartidores callejeros y en cuartillas de papel colocadas bajo los limpiaparabrisas. El gancho es directo: «Inversores chinos buscan pisos en Madrid». Sin adornos ni diseños trabajados, un mensaje conciso y cuatro ventajas: «Pago al contado, rápida gestión, ... cartera de inversores y no importa el estado». El cartel, fondo blanco sobre letras impresas en una tipografía que resulta familiar a ojos de casi cualquier ciudadano, llama la atención. ¿Pero qué hay detrás? Una red de estrategias de negocio mucho más extensa y un mercado en ebullición.
Sin hacer ruido (es decir, fieles a su estilo), los chinos ganan peso en el mercado inmobiliario madrileño. ¿El punto de inflexión? Algunos dicen la pandemia; otros, el último año; y hay incluso quien acota el despegue al segundo semestre de 2023. Así, si en España el porcentaje de chinos se ha situado históricamente alrededor del 2 por ciento, ahora este habría subido al 3, un cómputo aún pequeño pero que supone un crecimiento de entre el 30 y 40 por ciento del total de clientes de esta nacionalidad. Y en algunas zonas de Madrid, la cifra aumenta hasta el 6-7 por ciento.
La rudimentaria propaganda ayuda, pero dista mucho de ser la vía principal para explicar tal expansión. «Es una estrategia más de captación de inmuebles, un comprador que se pone en contacto directamente con el vendedor a través de canales alternativos, por el boca a boca o por anuncios, y que no pasa por las agencias inmobiliarias tradicionales», explica a ABC el director de Estudios de pisos.com, Ferran Font. Detrás de los anuncios, casi siempre está Bafre Inmobiliaria, una empresa de origen chino con diversas sucursales en Madrid y Pekín.
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Iuri PereiraEl estigma de la conflictividad persigue aún al bloque, que se construyó en 1986 para reubicar a un poblado chabolista. Tras concluir el periodo de protección oficial, los moradores sacan al mercado pisos de 150 m2 por solo 150.000 euros
«Contamos con una importante cartera de clientes e inversores internacionales, sobre todo asiáticos», publicitan en su página web, donde ofrecen multitud de posibilidades para vender, comprar y alquilar; y exponen el valor añadido que les diferencia del resto de agencias: «Nuestro departamento de inversiones inmobiliarias, especializado en Visa Oro para inversores». He aquí otra de las claves, la 'visa de oro' o 'golden visa', el canal exprés para conseguir un permiso de residencia que la legislación española ofrece a todos aquellos extracomunitarios que lleven a cabo fuertes inversiones económicas o financieras en España, incluida la compra de vivienda por encima de los 500.000 euros.
«El patrón que siguen es precisamente ese, los 500.000 euros y la 'golden visa'. En el caso de los chinos es más notorio que en los ciudadanos de otros países», sostiene, Miguel Ángel Cantos, director de Engel & Völkers, consciente de que tal circunstancia ha dado un estirón tras el inicio de la guerra de Ucrania. «Antes, este terreno lo dominaban junto a los rusos», añade. Pero en marzo de 2022, el Gobierno de Sánchez decidió suspender la tramitación de estos visados a la población rusa, endureciendo más si cabe el marco aprobado por Bruselas (que sólo obligaba a los estados miembros a vetar al personal diplomático y político de ese país y su listado de personalidades sancionadas por la Unión Europea).
Entre 2013, cuando aterrizaron este tipo de permisos en España, y 2022 fueron expedidos 4.940, de los cuales 2.263 (un 45 por ciento) acabaron en manos de ciudadanos chinos, más del doble que los rusos. Con todo, las transacciones en el Colegio de Registradores marcan que del 15 por ciento que representan los compradores extranjeros, menos del tres por ciento llevan el sello oriental (al menos en el tercer trimestre del año pasado, último dato actualizado). Y eso a nivel nacional, ya que la cifra en Madrid de operaciones acometidas por foráneos disminuye a menos de la mitad. «Este tipo de inversor ha venido hasta ahora sobre todo de Latinoamérica», apunta Font, de pisos.com.
Por zonas, los chinos buscan más en la periferia, en la zona sur, Fuenlabrada (donde está su mayor bazar de toda Europa), Alcorcón, Móstoles, pero también dentro de la capital en distritos como Tetuán, Ciudad Lineal, Usera, Latina o Carabanchel. Y si hablamos del sector más prémium, las zonas de Retiro, Valdebebas o Boadilla del Monte ganan cada vez más adeptos. «A la hora pagar, suelen hacerlo al contado», subraya Cantos (Engel & Völkers), consciente de que alrededor del 80 por ciento no pide financiación. «La mayoría ya tienen negocios en Europa y llevan años asentados aquí», aclara, cuestionado sobre el perfil común de los compradores.
Entre los motivos por los que están interesados, destaca el eventual envío de sus hijos a estudiar a universidades occidentales. «La finalidad es más residencial que de inversión. Por ejemplo, recuerdo el caso de una mujer que tiene cien peluquerías en Shanghái y no quería que sus hijos vivieran allí debido a la contaminación», prosigue el portavoz de la firma alemana.
Desde el punto de vista del vendedor, hay que tener en cuenta una serie de claves para negociar con estos clientes: la ubicación de la casa en cuestión, siempre cerca de sus lugares de trabajo; la posibilidad de que en el proceso se produzcan varias contraofertas; y su ya característica desconfianza, que implicará dejar por escrito hasta el más mínimo detalle. En ese sentido, las compañías inmobiliarias de renombre también cuentan con protocolos específicos para evitar movimientos relacionados con el blanqueo de capitales, un fraude casi siempre ligado a las mafias orientales.
Por cuantías, los pisos por debajo de los 500.000 euros tardan en venderse en torno a 2 o 3 meses, mientras que los que suben por encima del millón se pueden alargar hasta los 6. En cualquier caso, apunta un comercial, no hace falta que la inversión para obtener la 'golden visa' se realice de una tacada. «Pueden comprar dos casas a la vez que sumen entre ambas esa cantidad», argumenta. Ello explicaría el mercado tan diverso al que optan los extranjeros, desde adquisiciones 'baratas' (hoy día, nada lo es) a otras que escapan al común de los mortales. Y no solo ocurre con los chinos, también con los mexicanos, turcos, venezolanos o brasileños, por citar algunas de las nacionalidades que también buscan la residencia por esta vía.
No obstante, es más frecuente que las personas interesadas en buscar rentabilidad suelan diversificar más sus inversiones: es decir, adquirir pisos más pequeños para después alquilarlos. De cara a una posterior venta, lo normal es fijarse en casas a reformar. «Compran, hacen la obra y venden», expone el comercial. Y en un tercer escalón, entrarían aquellos que buscan viviendas en buenas condiciones para entrar a vivir. Sería en este último tramo donde más encajan los consumidores chinos.
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