Una llamada maliciosa al 091 obligó la tarde del jueves a movilizar a varias patrullas de la Policía Nacional hasta un bloque de la calle Anoeta, en el distrito de Villaverde. Allí, un hombre de 44 años acababa de confesar a los servicios de emergencias ... el crimen a puñaladas de su vecina, cuyo cadáver estaría tendido en el suelo. El aviso saltó a las 19.15 horas por la emisora y los agentes no tardaron en llegar, en un día, además, ya de por sí muy complicado tras el sonado asesinato del abogado ucraniano Andriy Portnov a las puertas del Colegio Americano. Pero en este caso la alerta resultó ser falsa.
Los uniformados accedieron al edificio, justo enfrente del parque Ciudad de los Ángeles, y se toparon con el supuesto autor, quien no dudó en atribuirse el hecho criminal: «He sido yo». La sorpresa, sin embargo, iba a llegar con el sujeto ya reducido, cuando al registrar su casa no encontraron ningún hallazgo reseñable. Sin rastro del cuerpo, los agentes decidieron llamar a la puerta de la potencial víctima, aquejada solo por un corte en el dedo índice.
Al entrevistarse con ella, esta les reveló que su vecino en realidad le había amenazado con una catana la noche anterior, ocasionándole una herida leve. Según su declaración, todo comenzó después de que la afectada le recriminara su actitud agresiva, algo habitual en un inmueble donde la convivencia entre algunos residentes es complicada, y el ahora detenido tratara de golpearla con el citado arma. El corte, por tanto, le fue ocasionado al repeler con la mano la trayectoria del peligrosos golpe.
Los moradores del edificio señalaron a los agentes que este sujeto, de origen español, padece algún tipo de trastorno mental. Fue detenido por la comisión de tres presuntos delitos, desórdenes públicos (debido a la llamada), amenazas y lesiones.
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