Los policías evidenciaron la situación de fuerte ansiedad y nervios en que se encontraba el menor, quien no dejaba de llorar y mostraba su temor a que se enterara su madre. Una vez los agentes lograron tranquilizarlo, admitió que tanto él como uno de sus hermanos, de once años, sufrían malos tratos a manos de su madre y su padrastro.
Asimismo, reconoció que muchos días no desayunaban ni cenaban, lo que alertó a los agentes tutores de la posibilidad de que se estuviera produciendo, también, una situación de abandono.
Personados en el colegio facultativos del SAMUR, incluido un psicólogo, corroboraron el cuadro de ansiedad que presentaba el menor y la coherencia de su versión, ante lo cual se procedió a dictar una orden urgente de protección tanto para él como para sus otros tres hermanos, el mayor de los cuales fue recogido del instituto en el que estudia y los otros dos, más pequeños, de la guardería.
Todos ellos han sido trasladados a un centro de menores para su cuidado, mientras que tanto la madre como el padrastro han sido detenidos por este maltrato continuado, que se remontaría tres años en el tiempo, según las mismas fuentes.
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