El desarme del viejo Banco Madrid completa la metamorfosis de Colón
El fondo español dueño del edificio que cerró en 2015 prepara su reforma; podría albergar una oficina de información la Unión Europea
Las cuatro esquinas de la plaza son más modernas desde el diseño de Norman Foster y las obras en las Torres Colón
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónNingún cartel avisó de las obras y ninguno anuncia ahora qué ocurrirá después. Los restos del edificio se han descubierto este mes: apenas un puñado de pilotes y vigas metálicas, el esqueleto de lo que fue la antigua sede de Banco Madrid, desentona en ... una de las plazas más famosas de la ciudad. En realidad, el inmueble empezó a desmontarse en verano del año pasado, pero las lonas de publicidad disimulaban el desarme de sus fachadas de estilo ochentero y ventanas color chocolate. Hoy la esquina noreste de la plaza de Colón está en silencio; no hay obreros ni actividad ni señales. Sin embargo, su futuro se está negociando con Bruselas.
La reforma de esta joya inmobiliaria parecía inevitable desde que la oficina bancaria cerrara en 2015, el primer capítulo en la historia de este inmueble reducido a los cimientos. Hace meses que su propietario, el fondo español GPF Capital, ultima un plan de remodelación para albergar una oficina de la Unión Europea, según avanzó El Confidencial. Bruselas estudia abrir una oficina para difundir el papel y la historia de las instituciones comunitarias. El estudio de arquitectura Tuñón y Albornoz ya ha diseñado un boceto, de cristaleras y perfiles blancos, difundido en X por Madrid Proyecta. De momento no hay cambios.
«Hace dos años que está en obras, pero no hay nadie trabajando. Ahora han quitado los andamios porque se acabó el contrato de publicidad, pero sigue igual», cuenta el vigilante de seguridad en la puerta del Museo de Cera, en la esquina opuesta de la plaza de Colón. Lo que dice es cierto: es martes y el esqueleto de Banco Madrid parece abandonado, con los restos de los andamios apilados en su interior y rodeado de vallas solo agitadas por el viento. Un hombre pasea y se detiene, lo mira, confuso, se fija en las mallas torcidas por el vendaval, como si no diera crédito a semejante ruina en la mismísima plaza de Colón.
🔎Proyecto de remodelación del antiguo Banco Madrid, por Tuñón y Albornoz.
— Madrid Proyecta 🏗️ (@MadridProyecta) November 24, 2023
📍Colón
🗨️https://t.co/vmsfQ3t6q3 pic.twitter.com/0pHMwwU5X8
Ninguno de los implicados en el futuro del edificio ha confirmado los planes. Este diario ha intentado contactar con el dueño, GPF Capital, y los arquitectos, Tuñón y Albornoz, sin éxito. Y la respuesta de la Comisión Europea ha sido escueta: «Por ser un tema de orden interno no tenemos ningún comentario». El interés de Bruselas por este edificio ya no es un secreto, solo el acuerdo entre las partes que, de cerrarse, podría resarcir a Madrid tras perder hace un mes contra Frankfurt la sede de la agencia europea antiblanqueo (AMLA, por sus siglas en inglés).
De banco a castillo okupa
La historia de Banco Madrid es una historia de auge y caída. El edificio ochentero que ya no existe alojaba la filial de la Banca Privada de Andorra (BPA). En su época dorada, hasta 300 empleados llegaron a trabajar en esas oficinas que presidían la plaza de Margaret Thatcher, una suerte de oasis de 'skaters' a los pies del hotel Meliá (hoy tampoco hay monopatines en una plaza que ha dejado de ser lisa). El 10 de marzo de 2015, el Banco de España intervino Banco Madrid. El Tesoro de Estados Unidos había acusado a BPA de blanqueo de capitales y el supervisor andorrano se encargó de la matriz. El edificio cerró y no ha vuelto a abrir.
Después
Antes
En el siguiente capítulo, la exsede bancaria se convirtió en un «castillo», o así bautizaban los neonazis de Hogar Social los edificios usurpados. En abril de 2017, la bandera azul de la atalaya ondeó en la esquina noreste de la plaza de Colón, donde los okupas pretendían instalar uno de sus bancos de alimentos exclusivos para españoles. Hogar Social escogió el inmueble por su «simbolismo», por haber pertenecido a una entidad financiera con «participación en organizaciones criminales», según afirmó la portavoz del colectivo fascista, Melisa Domínguez. Su plan también se torció y, en julio de 2018, la Policía desalojó a los okupas con todas sus pertenencias.
El antiguo edificio pertenecía entonces a la familia andorrana Cierco, la dueña de BPA y accionista mayoritaria de Banco Madrid, la que recibió un duro golpe en 2015 por una serie de acusaciones que se resolverían en 2019, cuando la Justicia absolvió a todos sus gestores. En 2021 empezó el tercer y último capítulo: los Cierco vendieron la huella de su pérdida al fondo GPF Capital por 35 millones de euros. Una joya de 1.850 metros cuadrados, cuatro plantas y terraza en una ubicación privilegiada de la capital. Pero los planes de reforma tampoco se concretaron y, hasta este 2024, las fachadas se han ocultado bajo lonas publicitarias.
La última esquina
En caso de que se cierren las negociaciones entre la Unión Europea y el propietario del inmueble, esa transformación —previsiblemente, tirar abajo lo que queda del Banco Madrid y construir un edificio nuevo— completará la reciente metamorfosis de la plaza de Colón. La esquina noreste es la última por retocar de una zona emblemática, un cuadrilátero donde se cruzan economía (repleta de oficinas y con su máximo exponente, la sede de Caixabank), cultura (el Fernán Gómez) y política (la sede del PP en Génova).
«Sí, la plaza ha cambiado mucho, siempre para bien», dice Francisco, dueño de un puesto de flores que cumple dos décadas en el mismo sitio, justo delante del icónico edificio Axis, diseñado por Norman Foster e inagurado en 2020. Dentro está la oficina insignia de Caixabank, con cafetería y sillones y grandes ventanales. Los pisos de cristal coronados de verde —y sostenibles, seña de identidad del arquitecto británico— sustituyeron a la fachada brutalista de hormigón que, desde 1981, alojó la sede de Barclays. En la historia de esta esquina también aparece GPF Capital: en enero de 2020, el fondo adquirió el edificio Axis por 100 millones de euros.
Las Torres de Colón tienen nuevo inquilino: Mutua Madrileña las alquila de forma íntegra a Garrigues
A. G. C.El contrato de alquiler, firmado por 12 años, permitirá a la firma de abogados trasladarse a su nueva sede una vez hayan finalizado las obras de rehabilitación y reforma
Al otro lado de la acera se yergue el rascacielos más sostenible de España, el que promete ser el edificio más moderno de Madrid, las torres que antes brillaban como el bronce y ahora recuerdan al zafiro. Si no fuera por las máquinas y el traqueteo y los operarios que cuelgan en lo alto, las Torres Colón parecen terminadas. Es la tercera remodelación de la obra del arquitecto Antonio Lamela, aunque en ninguna ha perdido su característico enchufe suspendido. Estas últimas obras, que han costado inicialmente 60 millones de euros, comenzaron en 2020 y encaran su recta final. Antes de este verano, unas 700 personas recorrerán los treinta pisos de las Torres Colón, todos trabajadores del despacho de abogados Garrigues, que ha alquilado el rascacielos a Mutua Madrileña, un contrato de doce años de duración que podría rondar el millón de euros anuales.
El rostro pálido de 'Julia', de Jaume Plensa, otea la plaza de Colón desde la tercera esquina. La escultura se iba a retirar, pero su estancia se prorrogorá hasta finales de 2027. Solo falta por dilucidar el futuro del esqueleto que no termina de reformarse, de la cuarta y última esquina de Colón.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete