Desaparición en Navalcarnero: un cerco digital para buscar a Isabel en la zona de campo donde la captó la última cámara
La 'app' Alertcops fue implementada ayer por primera vez para coordinar el operativo
Un guardia civil da indicaciones a un grupo de voluntarios, a las afueras de Navalcarnero
La última imagen de Isabel del Castillo Hortelano, la mujer de 57 años desaparecida el 19 de agosto en Navalcarnero, desató ayer el operativo más extenso hasta la fecha para dar con su paradero. Alrededor de 240 personas, entre guardias civiles, agentes forestales, ... policías locales, voluntarios de Protección Civil, vecinos y familiares llevaron a cabo una extensa batida entre la salida 32 de la A-5 y la urbanización Calypo Fado (en la localidad toledana de Casarrubios del Monte). Por el camino, pozos revisados, zanjas cubiertas y un total de 30 kilómetros recorridos para obtener un indicio físico que hasta la fecha se resiste.
Días atrás, los investigadores detectaron en una cámara de seguridad del Ayuntamiento el paso de la mujer en una rotonda cercana a su casa, ya a las afueras del municipio. Descartada así la posible marcha en autobús u otro medio de transporte, los agentes acotaron el radio y dispusieron un puesto de mando avanzado para coordinar el propio operativo sobre el terreno. Los encargados del mismo contaron con la ayuda de la aplicación AlertCops, diseñada en 2015 para conectar de forma bidireccional a los ciudadanos y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, e implementada por primera vez en la búsqueda de una persona desaparecida.
El comandante al frente del dispositivo revisa el cerco digital
«Lo que hemos hecho para la coordinación es crear un cerco digital en el cual a todos los participantes, que se han descargado la 'app' previamente y están dentro del mismo, les aparece una alerta destacada en rojo de este operativo», explicaba el director del proyecto Alertcops, Francisco Alonso Batuecas. Ayer, este trabajador del Centro Tecnológico de Seguridad (Cetse), dependiente del Ministerio de Interior, se desplazó con su equipo al enclave para colaborar en las tareas de rescate. «Otra de las funciones que se han puesto en marcha es la creación de un guardián específico, al que los coordinadores de cada grupo se suscriben y así los tenemos geoposicionados para verificar las zonas que se van cubriendo y comprobar que nadie se salga de la ruta establecida», añadía.
Junto a él, el comandante Pedro Alejandro Triguero, al frente del dispositivo, observaba a través de la pantalla conectada al sistema cualquier novedad reseñable. «Esta zona ya se ha batido en varias ocasiones, el primer fin de semana y después por voluntarios y familiares. Pero el despliegue de hoy es mucho más importante», advertía, con la necesidad de no dejar ningún punto sin marcar. «Tenemos un censo de pozos, que se han mirado todos, y el resto se están rastreando a pie y desde el aire con el helicóptero y los drones».
Grupos de voluntarios peinan la zona entre Navalcarnero y Calypo Fado
Para la inspección de los pozos, el Instituto Armado desplegó a miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) y del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim) de Navacerrada, sin que en ninguno de los agujeros marcados se detectara el rastro. «Hemos visualizado cinco pozos y luego hay otros tantos que nos han dicho que están sellados por losas de 200 kilos, que son impracticables», comentaba José Antonio, subteniente del GEAS, consciente de que las sospechas recaigan sobre todo en zanjas, pozos o terraplenes.
Por su parte, el cabo Cebrián, del Greim, precisaba que se está buscando sobre todo en los pozos más asequibles, «a los que se llegan a través de caminos». Superados los primeros, los agentes también revisaron algunos de difícil acceso. «Nosotros montamos todo el sistema de cuerdas y ellos (por el Geas) se sumergen si hubiera algo», apuntaba. Ayer, bastó solo con meter la cámara.