El delegado del Gobierno en Madrid multiplica sus frentes como ariete de Sánchez contra Ayuso y Almeida

Al delegado no se le escapa ni una. Para estas cosas es de la escuela política de Óscar Puente, cuyos estilos en las redes cada vez se parecen más. Ambos tienen en común una misma adversaria preferida, su principal blanco a la hora de proferir sus críticas y atacar al PP: Isabel Díaz Ayuso. Y ambos, como reconocen fuentes próximas al delegado, fueron nombrados con una misión específica: empezar a replicar a la presidenta regional madrileña, quien hasta su llegada «atacaba a Sánchez de forma impune, prácticamente sin respuesta, y eso se ha acabado».

Pero el delegado del Gobierno, con un papel activista que contrasta con sus antecesores, de perfil mucho más institucional, no limita sus broncas a la presidenta de la Comunidad. A veces reparte dentro del PP y no se olvida de Vox. Una de sus últimas polémicas en las redes tiene al partido de Abascal como co-protagonista.

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La bronca con Vox se originó en el Ayuntamiento de Madrid, donde Carla Toscano, concejal de ese partido, llamó «filoetarra» al delegado del Gobierno, por su «afinidad con Bildu». El presidente del pleno municipal, Borja Fanjul, del PP, se negó a llamar al orden a Toscano, como le reclamó el PSOE, y Francisco Martín acabó con un contrataque múltiple en las redes, que derivó en un dardo a los populares: «Bochornosa la actitud de Borja Fanjul. Un PP de Madrid indistinguible de Vox».

Toscano replicó con una sola palabra en mayúsculas: «Filoetarra». Y Francisco Martín advirtió: «Adoptaremos las correspondientes acciones legales». Ante el lío organizado, el portavoz socialista en la Asamblea, Juan Lobato, salió en su defensa un día después: «ETA fue derrotada por toda la sociedad española hace 13 años con un gobierno socialista al frente. Solo la mala fe, el odio y la ignorancia explican que alguien llame filoetarra a un socialista».

Otro de los frentes abiertos en la Delegación del Gobierno está en Cibeles. El choque entre Martín y el alcalde ha ido a más, hasta el punto de que José Luis Martínez-Almeida se ha replanteado volver a invitar al delegado a los actos institucionales, ante sus continuos «desprecios» al ayuntamiento. Martín tachó de «chiquillada» la reacción del alcalde, mientras la avería en línea de comunicación entre las instituciones madrileñas y la Delegación se agrava.

El delegado no se pronunció sobre el crimen tras el concierto de Karol G ni sobre el herido de ayer en otro acto vandálico. Eso sí, a las ocho y media de la mañana del domingo hizo un tres en uno, con críticas a varias bandas por unos mensajes que, según se ve, no le habían gustado demasiado. Atacó en un mismo 'tuit' a Miguel Tellado, por su viaje a Venezuela, a Ayuso, por su defensa de los monjes del Valle de los Caídos, y a los 'abogados cristianos', por su crítica a la inauguración de los Juegos. «Esperpento nacional», lo calificó todo. Y ahí lo dejó.

El delegado del Gobierno más activista de Madrid celebró el aniversario de las elecciones del 23-J con loas emocionadas a su jefe: «España va como un cohete», escribió junto a esta alabanza: «Y cuando dentro de un tiempo lo veamos con perspectiva pensaremos: el presidente era Pedro Sánchez».

A Lobato, por cierto, se le 'olvidó' celebrar en las redes ese aniversario. En el PSOE de Madrid, que vive su propia guerra interna por el liderazgo del partido, muchos creen que el protagonismo político buscado por el delegado eclipsa al que debería ser líder de la oposición, Juan Lobato. En el equipo de este niegan esa posibilidad: «Ambos son perfectamente compatibles y necesarios». Los lobatistas sostienen que «Fran y Juan mantienen una relación muy estrecha, son vecinos de Soto y comparten mucho tiempo, tanto en su vida privada como la política». Y reconocen esa 'misión especial' que se ha encomendado al delegado desde La Moncloa: «Fran está abriendo un nuevo espacio en la delegación que incomoda mucho al PP de Madrid, incluyendo a Ayuso».

En ese sentido, esas fuentes socialistas madrileñas recuerdan sus conexiones con Félix Bolaños y su manera de entender la política: la polémica «es un terreno que Fran maneja bien, no podemos olvidar que viene de lo orgánico, del 'aparato' de Bolaños, mientras que Juan tiene un perfil de origen institucional como alcalde que fue de Soto».

En los despachos de las consejerías de la Comunidad de Madrid ven al delegado «con deseos de ascenso». «Está entregado en exclusiva a la guerra institucional que promueve el sanchismo contra Madrid desde la pandemia». Algunos lo describen así: «Mediocre en la gestión, desatendido de sus competencias de seguridad, sólo dedicado a ser más Lobato que Lobato y convertido en un tertuliano con ambiciones y moqueta bajo los pies». La guerra política está lejos de la tregua institucional.