La Dehesa de la Villa, cuyo origen se remonta a 1152, declarada Bien de Interés Cultural
Es, con sus 64 hectáreas, el único espacio forestal dentro de la almendra central
La Comunidad de Madrid eleva a Bien de Interés Cultural la literatura española del Siglo de Oro
Hace casi nueve siglos que existe en Madrid una zona forestal que desde hace algún tiempo se conoce como la Dehesa de la Villa. 64 hectáreas de parque que es en la actualidad el único espacio forestal dentro de la almendra central de la ciudad, ... y que acaba de recibir la declaración como Bien de Interés Cultural, en la categoría de Paisaje Cultural.
El Consejo de Gobierno ha aprobado este miércoles la declaración porque es un espacio que «ofrece un relato del nacimiento y evolución de la ciudad» a lo largo de varios siglos. Este pinar muy popular entre los madrileños, situado en el distrito de Moncloa-Aravaca, fue en su origen un bosque de encinas, que fueron desapareciendo paulatinamente hasta transformarse en una dehesa.
El origen de este espacio se remonta a 1152, cuando el rey Alfonso VI de León donó los terrenos a la villa de Madrid en recompensa por la ayuda prestada durante la Reconquista. En el siglo XVII, bajo los terrenos de la Dehesa se construyó el viaje de agua de Amaniel, que suministraba agua al Real Alcázar de Madrid.
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En 1886 se inició una política de repoblaciones con pinos, acacias, chopos, sauces, fresnos, olmos, cipreses eucaliptos, cedros y almendros.
A la hora de declararlo BIC, se han tenido en cuenta junto a sus valores botánicos, también los arqueológicos e históricos que alberga: desde los restos del Paleolítico Inferior del yacimiento achelense, o el viaje de agua de Amaniel, o un fragmento de la antigua Tapia del Pardo, o el trazado de la Acequia del Norte, o restos de construcciones de la Guerra Civil.
También tiene un evidente valor social e identitario, por haber sido prácticamente desde sus orígenes un espacio de uso público para los habitantes, una singularidad frente a otros espacios verdes históricos de la capital.
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