Las restricciones al coche contaminante multiplica por 13 el parque de vehículos con etiqueta Cero en Madrid en 6 años

Los datos oficiales de la DGT no dejan lugar a dudas: en la Comunidad de Madrid, en el año 2017, el primero en que funcionaron las etiquetas medioambientales, había 7.038 vehículos de tipo turismo con distintivo cero (cien por cien eléctricos, de pila de hidrógeno o híbrido enchufable con autonomía eléctrica mayor a 40 kilómetros); en 2022, eran ya 91.704; se habían multiplicado por 13.

Algo parecido ha ocurrido con los de distintivo ECO (híbridos enchufables con autonomía de menos de 40 kilómetros, híbridos no enchufables y vehículos propulsados por gas natural), que en 2017 eran 53.949 y en 2022 se habían multiplicado hasta los 367.450. Y el fenómeno se reproduce entre las motocicletas: la matriculación de las de etiqueta cero crecen un 760 por ciento, y las ECO un 479 por ciento.

En el resto de categorías, los automóviles de distintivo C mantienen una evolución ascendente, pero suave: de 1.059.584 en 2017, a 1.706.390 en 2022. Los de etiqueta B, que ya tienen vedada la entrada en muchas zonas de la capital, van descendiendo en número de forma paulatina pero constante: eran 1.238.176 los matriculados en esta categoría en 2017, y se habían quedado en 1.065.746 el año pasado. Los turismos sin distintivo (los de gasolina anteriores a 2001 y los diésel matriculados antes de 2006) eran 964.105 en 2017 y en 2022 se habían reducido a 837.779.

Unas cifras que reflejan una tendencia brutal hacia arriba de los cero y ECO, y al descenso de las otras categorías –con los turismos de etiqueta C creciendo cada año menos–. Aunque los coches movidos por combustibles alternativos continúan siendo una minoría, y los otros ocho veces más en la cifra total de automóviles matriculados, sí dejan clara la dirección a la que parece que apunta el mercado. Algo que ya indicaba un estudio elaborado por SotySolar, compañía especializada en energía foto voltaica para el auto consumo eléctrico. De acuerdo con sus datos, un tercio de los españoles, y un 48,4 por ciento de los madrileños, prevén comprar un coche eléctrico como su próximo vehículo.

Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados y experto en el tráfico en la ciudad, reconoce que «no es pequeño el porcentaje de ventas que se están produciendo, no sólo en ECO o híbridos enchufables, sino también en eléctricos puros». Pero cree que el fenómeno no se debe tanto a un aumento de la concienciación ciudadana con la protección del medio ambiente, como «a raíz de las limitaciones en las zonas de bajas emisiones». Esas restricciones, que de momento afectan a la circulación de vehículos en Madrid y Rivas pero pronto se extenderán a otros municipios de más de 50.000 habitantes, «son lo que prima como motivo de compra de estos vehículos».

La capital de España aplica de forma activa políticas de contención del tráfico para los vehículos más contaminantes. De momento, los coches sin distintivo y que no estén matriculados en la capital (los diésel matriculados antes de 2006 y los de gasolina de antes del 2000) tienen ya prohibido sobrepasar los límites de la M-30. Desde enero, tampoco pueden circular por ella, ya que las cámaras ya controlan su paso y empezarán a multar en enero. Estas medidas afectan a más de 300.000 vehículos, cuyos conductores se enfrentan a sanciones de 200 euros si las incumplen.

Las condiciones van a endurecerse en sólo unos meses en Madrid: desde el 1 de enero de 2024, no podrán circular por la capital los vehículos sin etiqueta que no sean de residentes –aunque estén matriculados en Madrid– y a partir de 2025 ningún coche sin etiqueta podrá hacerlo.

La Ley de Cambio Climático y Transición Energética obligaba a todos los ayuntamientos de más de 50.000 habitantes a adoptar planes de movilidad urbana sostenible y poner zonas de bajas emisiones (ZBE) en marcha en 2023. Una interpretación laxa de la norma ha permitido que no se aplicara la obligación el 1 de enero, sino que se dejara todo el año actual de margen para ponerlas en funcionamiento.

Aún así, están en el proceso de ponerlo en marcha una veintena de municipios, gobernados por partidos de distinto signo político. Cuando apliquen la normativa, serán más los automóviles que sufran cortapisas a la circulación, dependiendo de cuál sea su etiqueta.

Para facilitar el cambio de vehículos más contaminantes por otros movidos por combustibles más limpios, las distintas administraciones otorgan ayudas económicas. El Ayuntamiento de Madrid cuenta con el Plan Cambia 360, de subvenciones para incentivar la movilidad sostenible y de bajas emisiones. En la actualidad, cuenta con una partida presupuestaria de 14 millones de euros, de los que 10 están destinados a ayudas directas para la compra de automóviles, y los otros 4 estarán disponibles como crédito para una ampliación a lo largo del año.

Con estas ayudas se pueden comprar coches con etiqueta C, ECO o Cero. Hay que estar empadronado en Madrid para acceder a estas ayudas. La cuantía de las ayudas es de 6.000 euros para vehículos Cero, a los que se pueden sumar otros 2.500 si entrega a cambio otro coche sin distintivo para achatarrar.

En el caso de comprar un automóvil etiqueta ECO, la ayuda es de 3.000 euros y llega a 5.500 si se achatarra otro coche sin distintivo. Y para vehículos etiqueta C comprados, la ayuda es de 2.500 siempre que se deje a cambio un coche sin etiqueta. Esta es la tercera edición de estas ayudas, que se prestaron también en los años 2021 y 2022 y tuvieron mucho éxito.

También el Gobierno regional ofrece ayudas para la compra de vehículos eléctricos: en este caso, no se refieren a coches sino a los llamados 'de movilidad personal', como pueden ser patinetes, bicicletas, ciclomotores y motos. Más de 8.400 vehículos de este tipo se compraron en la convocatoria de ayudas de 2022, por lo que este año se incrementó y amplió. Los incentivos cubren hasta el 50 por ciento del precio de los vehículos cero emisiones, con un máximo de 1.000 euros por motocicleta, 700 en ciclomotores de dos ruedas, 600 para bicicletas con sistemas de asistencia al pedaleo y 150 para patinetes.

Además, también hay premio para loa que achatarren sus coches antiguos: se les ofrecen bonos medioambientales –de hasta 1.250 euros– con rebajas para los servicios como 'carsharing' y 'motosharing'. 465 vehículos antiguos se cambiaron por bonos ambientales con este procedimiento.

El Gobierno central, a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, tiene en marcha el Plan Moves III, por el que se pueden solicitar ayudas de hasta 7.000 euros para un coche Eco o Cero si se entrega otro antiguo.

Mario Arnaldo ve imparable la ascensión del vehículo híbrido, aunque el eléctrico puro «aún va despacio, porque hay un retraso en los postes de recarga rápida». De hecho, indica, «sólo el 30 por ciento de usuarios de automóvil tienen garaje, y para el coche eléctrico eso es muy importante, para poder recargar el coche». Los postes de recarga se convierten así en un hándicap para los vehículos cero emisiones.

Y eso que en este campo, también se hacen esfuerzos desde las administraciones. El ayuntamiento madrileño cuenta con una red de recarga rápida para acceso público en calles, estaciones de servicio, aparcamientos públicos y privados y otros espacios de acceso público. Y ha reservado un crédito de 12 millones para ayudas a la instalación de infraestructuras de recarga eléctrica, con los que se pueden financiar 1.900 puntos. Aquí se incluyen tanto las que se piden para bases de flotas urbanas como para lugares de acceso público, en espacios laborales o en aparcamientos de residentes y comunidades de propietarios.