Carmena ejecutó obras en 2017 en el cementerio de Fuencarral sin buscar antes la fosa de brigadistas
La zona de las labores de rehabilitación del camposanto linda con la ubicación del futuro cantón de Montecarmelo y donde ahora trabaja el Gobierno en busca de estos restos
Vecinos de Montecarmelo, en pie de guerra por el cantón: «Seguiremos luchando contra esta amenaza para la vida en el barrio»
Madrid
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Iniciar sesiónToda la atención está puesta en Montecarmelo y en el cantón que está por construirse en este barrio del distrito de Fuencarral. A movilizaciones vecinales contra la cercanía de esta estructura cerca de colegios y viviendas se ha sumado la excavación del Ministerio de Política ... Territorial y Memoria Democrática en busca de una fosa en la que podrían encontrarse los restos de 451 brigadistas internacionales que combatieron durante la Guerra Civil. El Ayuntamiento de Madrid descarta su existencia en el espacio previsto para la ubicación de este servicio municipal después de la resolución de tres estudios llevados a cabo en la zona. Sin embargo, el de Almeida no ha sido el único gobierno en negar que en ese mismo espacio se hayan sepultado estos cuerpos.
En 2017, durante la legislatura de Manuela Carmena –siendo Rita Maestre portavoz y con el partido socialista como socio de gobierno–, se acometieron obras en el cementerio de Fuencarral, no considerándose «ningún indicio, evidencia, información o documento que acredite la posible ubicación actual de los restos de estas personas, que fueron exhumados y sacados del cementerio en los años posteriores al final de la Guerra Civil». Así, se produjeron 11 intervenciones en este espacio sin ningún tipo de investigación previa ni estudio arqueológico que tuviera en cuenta la presencia de la posible fosa para llevar a cabo dichos trabajos de mejora del espacio.
Según apunta un comunicado publicado entonces, la Empresa Municipal de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid ejecutó unas labores, «en zonas cuyos terrenos ya han sido removidos en el pasado con ocasión de las sucesivas actuaciones acometidas en las distintas fases de ampliación», en las que se tiró y se levantó un nuevo muro, se desarrolló una rehabilitación general del camposanto y se construyeron 40 sepulturas en una zona que se encontraba en desuso. Se descartaba, «inicialmente», que estas obras afectaran al lugar donde pudieran estar sepultados varios centenares de brigadistas. Eso sí, «estos trabajos se paralizarían en el caso de que se detectase la existencia de cualquier resto cadavérico y se procedería al análisis de su origen», según determinaba el gobierno de Carmena.
Tres estudios
La historia del sonado cantón de Montecarmelo abre ahora un nuevo capítulo. Tras los estudios llevados a cabo en los que se ha analizado la cartografía y fotografías aéreas históricas, se han llevado a cabo 10 ensayos de resistencia del suelo y se ha investigado la tomografía y utilizado un georradar, el ayuntamiento de la capital ha descartado que en el espacio de interés se encontraran dichos restos. Sin embargo, sí que se detectó una anomalía «compatible con el tamaño de una fosa a casi 12 metros del cantón y 6,5 metros de la vía de acceso al mismo», según apuntan desde el consistorio madrileño.
Hace una semana que el ministerio trabaja, a través de la sociedad científica ArqueoAntro –«que ya ha formado parte de proyectos de exhumación y estudio de fosas comunes de víctimas del franquismo, así como de combatientes de la Guerra Civil y personas desaparecidas», según apuntan en su página web–, en la comprobación de dicha anomalía notificada por el consistorio y por la que Almeida dio luz verde para que durante un mes el Gobierno central excavara en búsqueda de la supuesta fosa.
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante insistió ayer en que «bajo la sombra» de la futura ubicación del cantón de limpieza previsto para ser colocado en Montecarmelo no hay «posibilidad de que haya una fosa», por lo que «se continuaría» con el proyecto, aunque «esperará» a los resultados de los estudios del Gobierno. En este sentido, este hecho «no paralizará» las actuaciones al encontrarse fuera del perímetro, aseguró Carabante. Eso sí, asegura que se busca «plena transparencia» para este procedimiento, por lo que se «ha aportado al Ministerio todos los estudios y se les ha permitido además acceder a la totalidad de la parcela para que hagan los estudios y excavaciones que consideren oportunas».
La tensión entre Cibeles y Moncloa se ha acentuado con este proceso. Sobre todo después de que al día siguiente del inicio de las labores de excavación ya se hubiera notificado una incidencia. El propio Carabante remitió una carta al secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, que varias personas merodearon con linternas por la zona de obras, alrededor de las 23.30 horas del pasado martes.
Al parecer, fue un trabajador de los servicios de la Dirección General de Servicios de Limpieza y Residuos del ayuntamiento quien vio a estas personas dentro de la cinta de delimitación. El edil popular explicó que estos individuos ajenos a la investigación «podrían alterar, consciente o inconscientemente, los elementos existentes». Estos hechos, apuntó «podrían restar fiabilidad a los hallazgos que se hagan y a las conclusiones que se alcancen».
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