La pieza representa, en dos esquinas enfrentadas, a un hombre y a una mujer vestidos con pijama e inclinados hacia delante con los labios preparados para dar un beso. Fiel a su estilo, el artista convierte el espacio urbano en una experiencia interactiva, invitando a los transeúntes a involucrarse y reflexionar sobre lo que realmente importa.
«Este grafiti busca llamar la atención de las personas, detenerse, mirar, besar… reflexionar sobre cómo por las prisas y la rutina nos olvidamos de cosas tan importantes como los pequeños gestos con nuestras parejas», apunta León. «Representamos un gesto cotidiano como un símbolo poético de reconexión, animando a todas las parejas a que no se vayan a dormir sin darse un beso de buenas noches».
Según el estudio 'Radiografía de la intimidad de las parejas españolas', realizado por Pikolin nueve de cada diez reconocen tener obstáculos en su intimidad; el 57 por ciento hablan en la cama sobre las rutinas del día a día y la mitad confiesa que lo último que mira cada noche antes de cerrar los ojos es el móvil.
En esta línea se encuentran los datos que han inspirado al artista: casi la mitad se va a la cama sin darse un beso de buenas noches y solo un 39 por ciento declara darse un beso al despertar. Datos que ponen de manifiesto la desconexión emocional que muchas parejas viven a diario.
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