El Candela, el histórico tablao de Lavapiés, resurge de sus cenizas

Aunque la muerte en 2008 de su fundador, Miguelito 'Candela' Aguilera, fue el fin de una etapa, la más gloriosa del local, éste siguió abierto hasta hace un año, cuando se anunció que echaba el cierre de forma definitiva para tristeza de los amantes de la música. Pero ahora, un triplete de empresarios argentinos vinculados al Grupo Fayer ha salido al rescate del templo jondo más saleroso de la capital.

«Somos Diego 'Papo' Kling, Martin Loeb y yo», nos cuenta el tercer hombre, Alejandro Pitashny. «No es un proyecto del Grupo Fayer sino de nosotros tres, y nuestra primera intención al comprar el local ha sido salvar El Candela, el tablao más auténtico de Madrid. Una vez salvado, vamos a tomarnos las cosas con calma para hacerlas bien, así que no tengo fecha exacta para la reapertura. Pero llegará pronto», explica.

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Ahora, Pitashny y sus socios están formando un equipo para diseñar un plan de acción sólido y sin flecos, que ha arrancado con un profundo trabajo de archivo y documentación a cargo de Patricio Binaghiy Juan Sánchez -colaboradores del Estudio Juan Gatti-, ya que al acceder al local, se han encontrado multitud de fotografías, discos y documentos que se quedaron allí cogiendo polvo tras el cierre. «Hemos comprado el local para salvar parte de la cultura de Madrid, no para hacer una discoteca», asegura el empresario, que describe la operación como su «forma de agradecer a la ciudad» lo bien que le recibió.

«Durante la época de Miguelito se forjó una leyenda, y nosotros queremos tomar ese legado e inspirarnos en él para convertir El Candela en un lugar de alta calidad en cuanto a música flamenca, y por qué no, para otros géneros que quieren y respetan al flamenco, cosa que ahora está ocurriendo de forma muy extendida en la música pop, ya no sólo por Rosalía o C. Tangana, sino también por Andrés Calamaro o Alejo Stivel, por poner otros ejemplos», explica Pitashny. «Lo importante es que el local está salvado y no se convertirá en un lugar de 'lujo' ni de 'moda', dos palabras que tengo prohibidas en mi vocabulario. Será un lugar de calidad e inclusivo, donde todo estará al servicio de la música, de los músicos y de los melómanos».

Además de las razones expuestas, Alejandro Pitashny y sus socios se han lanzado con esta aventura porque ven un futuro muy halagüeño para la actividad cultural de Madrid en 2023. «Ya es la cuarta ciudad más visita de Europa por motivos culturales, acaba de superar a Barcelona», subraya. «Nosotros tenemos ya otros negocios, y somos muy, muy optimistas en cuanto al desarrollo de proyectos culturales aquí y en toda España, pero especialmente en la capital».