Cabalgata de Reyes Magos: Un ángel de la paz en el cielo abrirá la cabalgata de sus Majestades de Oriente

Pero antes de que la noche se cierna sobre los tejados, tendrá lugar la tarde más mágica del año, con la cabalgata de los Reyes Magos, un peregrinaje desde Oriente a Madrid que comenzó en 1915 y que se celebra de manera ininterrumpida desde 1953. Este año, coincidiendo con ese setenta aniversario, el eslogan de una cita que promete ser «inolvidable» será la paz, un concepto presente en el desfile desde el inicio, con un ángel blanco que surcará los cielos para anunciar a los Magos.

Más que un lema se trata de una plegaria, a tenor de los acontecimientos internacionales que sacuden el mundo desde hace casi un año, cuando Rusia invadió Ucrania. Precisamente, haciendo un guiño al país de Zelenski y reivindicando el fin del conflicto, será cómo termine esta cita, ya que en Cibeles actuará el coro infantil ucraniano Peredzvin, que cantará por la paz recibiendo a ese ángel mensajero. A su llegada, se soltarán 300 globos biodegradables como símbolo de armonía para que viajen por el planeta.

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El espectáculo estará lleno de magia y sorpresas que se desvelarán durante el paso de la comitiva –formada por más de un millar de personas– por el paseo de la Castellana, con zonas acotadas para personas con movilidad reducida y 10.500 plazas de libre acceso. Lo que sí se sabe es que los Reyes estarán guiados por una enorme estrella, la de Oriente, ese faro para Melchor, Gaspar y Baltasar.

Con ella, irán siete arcángeles que serpentearán con una luminosa cola en una danza sin fin. Les siguen dos ángeles sobre caballos blancos, unos sabios astrólogos que estudiarán más de 40 estrellas plateadas crepitantes y la Dama de la Noche sobre un carruaje. Esa parte del cortejo estará acompañado por unos abanderados florentinos de la compañía Bandierai degli Uffizi con tambores, trompetas y banderas renacentistas.

Los Reyes Magos portarán, desde sus carrozas, tres valiosos presentes para el niño Jesús: oro, incienso y mirra. El primero en aparecer será Melchor, escoltado por 146 músicos de la escuela secundaria de Pittsburg (California). «Las carrozas representarán un camino de paz. Son tres grandes tronos azules de luz, como espejos, con motivos de Damasco y terminados en una gran corona«, revela Ricardo Sánchez, al mando del diseño de unas carrozas en las que ha estado ocho meses trabajando.

Gaspar, procedente de Asia, irá con un paje traductor de lengua de signos y seguido por una gran bandada de aves articuladas «que parecen vidrieras colgadas del cielo con un baile aéreo y vuelo de fantasía». Estarán manejadas por artistas de la compañía Remue Menage.

Desde África llega Baltasar, con elefantes mecánicos y un escuadrón de fénix de metal, que harán el recorrido de la cabalgata bajo el sonido de los tambores de un ejército de soldados de plomo.

Gabriela Salaverri ha diseñado el vestuario para casi 300 personas participantes en la cabalgata. «Melchor irá de azul, con dorado y cobre; Gaspar y sus pajes vestirán en tonos rojizos, y Baltasar, de verde», es lo único que se atreve a contar la responsable, que define el desfile como «un reto» en el que mezclar «tradición y fantasía».

Esas 300 personas –muchas de ellas voluntarias– están coregrafiadas por Nuria Castejón y, además de danzar y portear a bailarinas, harán reverencias a todos los niños durante el recorrido del cortejo. En Cibeles actuará un ballet –formado por ocho mujeres y seis hombres– con una coreografía que gira en torno a la adoración del niño Jesús y música de Tomás Bretón, recordando que este 2023 se celebra su centenario. Será su ópera 'Covadonga' la que resuene en la plaza.

Como todos los años, los Reyes Magos darán un discurso a todos los niños y niñas de la ciudad a su llegada a Cibeles y, tras ellos, la compañía Vulcano pondrá el gran colofón a la cabalgata –poco antes de las 21 horas– con un espectáculo pirotécnico y el tema musical 'Zadok the Priest', de Händel, como banda sonora. Raudos, los Reyes Magos abandonarán el enclave: queda mucho trabajo por hacer y pocas horas para lograr visitar todos los hogares de Madrid.