Buzos para recuperar la antigua presa de Navacerrada que abastecía a tuberculosos convertida ahora en oasis de biodiversidad

Para muchos amantes del senderismo, la presa del Ejército del Aire es un rincón poco conocido del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, por el que dar un bonito paseo en cualquier época del año. El acceso es sencillo y el paisaje merece la pena. Pero además, ese rincón olvidado hasta ahora por las administraciones, ha sido conquistado por la vida natural, y en la actualidad es fácil encontrar allí una gran riqueza de aves, peces y anfibios e incluso algunos animales en riesgo de extinción como las nutrias.

La presa está ubicada sobre el río Navacerrada, y fue construida en los años 50 del siglo pasado con el objeto de abastecer al sanatorio antituberculoso que tenía esta unidad militar aérea en La Barranca. Esta zona serrana era rica en este tipo de establecimientos, en un momento en que esta enfermedad infecciosa era una de las prevalentes entre la población.

En el año 1985, las instalaciones vinculadas al sanatorio, incluida la presa, pasaron a depender de la Comunidad de Madrid. El centro médico se cerró, y con él dejaron de realizarse los servicios de mantenimiento en la zona, que quedó abandonada, embalse incluido. Las aguas del río pasan por él y caen hacia el embalse vecino, que abastece a la localidad de Navacerrada.

Abandonada y sin uso quedó esta instalación durante décadas. En 2021, una orden de la Dirección General de Patrimonio y Contratación acordó adscribirla al Canal de Isabel II, la empresa pública dependiente de la Consejería de Medio Ambiente que dirige Paloma Martín.

Pero las décadas que este entorno ha estado olvidado de la actividad humana han sido aprovechadas de forma muy activa por la naturaleza: alrededor de la presa se ha creado un rico ecosistema en el que se da la presencia de varias clases de aves, mamíferos, peces y anfibios susceptibles de protección pública.

Ello convierte a la zona en un lugar con alto valor ambiental. Por eso, la Comunidad de Madrid ha propuesto la rehabilitación de la presa para garantizar la seguridad a quienes la visiten –y evitar accidentes indeseados– y, de paso, ocuparse del mantenimiento de su riqueza natural. Una iniciativa que va a hacerse pública este lunes, en la reunión del Patronato del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Y que va a suponer una importante inversión, de en torno a 4 millones de euros, según cálculos del área de Medio Ambiente.

No tendrá uso como tal embalse; los caudales del río Navacerrada pasarán por ella hacia la presa anexa, del mismo nombre y que abastece a esta localidad. Pero se mantendrá en el mejor estado para que continúe siendo un refugio natural de flora y fauna de especial interés.

Los trabajos en este embalse ya se han iniciado. De momento, con la presencia de varios buzos que están realizando las labores de inspección subacuática de la presa, para identificar las tomas y desagües, y la inspección del estado de la estructura del embalse.

Ya se ha solicitado una autorización especial a la Confederación Hidrográfica del Tajo para hacer viable la rehabilitación de esta infraestructura y su adaptación a la normativa vigente, de manera que pueda mantenerse reformada.

Pendientes de que llegue ese permiso están obras como la rehabilitación del desagüe de fondo actual, la renovación del canal existente en la margen derecha del embalse o el desbroce y retirada de vegetación del entorno. El año próximo, le seguirán a estos los trabajos topográficos en el entorno del embalse.

Será, pues, el próximo lunes cuando el Patronato del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama escuchará el anuncio de la consejera Paloma Martín con esta actuación, que se incluye dentro del informe de actividades de 2023 para el citado espacio protegido.

«El mantenimiento y restauración ambiental de la presa del Ejército del Aire y de todo el entorno que le rodea le va a dar más valor natural a la zona que al final es el fin que persigue el Gobierno regional: la protección de la naturaleza», concluyó la consejera Martín.