La batalla por mantener la Ley Trans regional, tras el fichaje de Carla Antonelli por Más Madrid

El fichaje de Antonelli tiene una doble lectura: por un lado, Más Madrid se hace con quien ha sido un símbolo del PSOE durante décadas: desde 1977 en que pidió por primera vez el voto para este partido. Por otro, le permite tomar la bandera de la defensa de la Ley Trans regional, y por extensión, de otras normas para extender derechos sociales.

Sobre su pasado político, Carla Antonelli lo deja ahí, en el pasado: no reniega de él pero recuerda que hoy se compromete con otro proyecto con el que tiene afinidad «total, absoluta y sin fisuras», dijo en redes sociales. En persona, fue más allá: «No tengo ningún recado al PSOE; he vivido con ellos momentos históricos, junto a Rodríguez Zapatero o Pedro Zerolo. He estado y estaré en la defensa de estos derechos». Y su conclusión, muy al hilo de lo que ocurrió cuando se marchó indignada y dolida por el atasco que sufría la Ley Trans nacional: «Yo estoy donde me quieren».

Su principal misión será, por tanto, «reglamentar y hacer cumplir la Ley Trans regional». Esa que la presidenta madrileña ha asegurado que modificará en la próxima legislatura. Una ley que Antonelli votó y vio aprobarse en 2016, en un emocionante momento que terminó con ojos húmedos en la mitad del hemiciclo de Vallecas. Por eso, ayer mismo arremetió ya contra Díaz Ayuso por querer recortarla: «Ha hablado desde una transfobia oportunista e interesada; la ley existe hace años y no ha dado ningún problema».

Aseguró que vuelve a Madrid porque a esta región le debe todo: «Me debo a Madrid, que fue la ciudad que me acogió hace 44 años, y donde desde un puñado de cenizas, resurgí, cautericé y sellé esas heridas de los desarraigos familiares de mi Canarias natal, y desde un Estado que oficialmente nos encarcelaba y nos perseguía».

En la formación de Mónica García, sonaban las fanfarrias ante el fichaje estrella: la activista más conocida de los derechos LGTBI, que había solicitado su baja en el PSOE el pasado octubre como protesta por la demora en la tramitación de la Ley Trans nacional, se unía a sus filas tras mucho trabajo de fondo.

Ya dio la pista de que la operación estaba cerrada cuando acudió, el 2 de abril, al acto de presentación de la candidatura de Yolanda Díaz, Sumar, en Madrid. Allí tomó la palabra en un gesto que no era gratuito. Y lanzó mensajes claros: «Sumar es posible, además de absolutamente necesario»

Mónica García la recibía con los brazos abiertos: es, dijo, «una figura imprescindible en la política madrileña. Su experiencia, años de trabajo y lucha por una sociedad progresista son indispensables para el Madrid que está por llegar el 28 de mayo». Con su entrada en el número 5 de su lista, aseguraba, «la familia de Más Madrid se amplía».

No menos emocionado se mostró el diputado regional y senador Eduardo Rubiño, también muy implicado en la defensa de los derechos LGTBI: «Poder compartir trinchera y espacio es un motivo de emoción absoluto», aseguraba durante la oficialización de su candidatura, en un acto celebrado en la madrileña plaza de Chueca.