El bar secreto de Gran Vía que rinde culto a Satán
Desde su actual ubicación en la calle de Los Libreros, esta coctelería, carente de rótulo y con doble puerta de acceso, celebra su 90 aniversario con un 'programa cultural de alta frivolidad'
Todas las voces del festival de cine más antiguo de Madrid
Interior de la coctería Satán, situada en la Gran Vía
Hace 90 años, en el sótano del Cine Doré, el pintor vanguardista Mario Carreño inauguraba el Cabaret Satán, buscando reivindicar el esperpento de Valle-Inclán y el grotesco de Goya; la nocturnidad profunda y mundana de un Madrid con mil identidades en imperfecta –pero ... innegable– coexistencia. Pablo Neruda, fiel cliente, escribió en su diario que este era el lugar más polémico de la ciudad. Hoy, después de haber colindado con el barrio de Las Letras, Satán aflora reconstruido en la calle de Los Libreros, en un subsuelo tan infernal como madrileño.
Este mes, retomando la tradición de su fundador original, la coctelería propone el 'programa de alta frivolidad', una serie de actividades culturales dedicadas al arte que decidió adentrarse en los avernos. Se van a ofrecer jornadas literarias bajo la conducción de la escritora Natalia Carrero, y mesas redondas de debate sobre hedonismo, cultura alcohólica y las representaciones del vermú en el cine. Todo al son de una carta de cócteles temáticos que, a través de la selección de sabores (canela, coco, chocolate y tequila), busca unir Madrid con el mundo hispano; Todos los Santos y el Día de Difuntos.
Y es que esta taberna no es un mero ejercicio de paganismo ácrata, es un sinfín de referencias al sincretismo y al secretismo que siempre ha guardado la noche capitalina. Lo afirma su actual dueño, Gonzalo Pascual: «La misión es recobrar la memoria frívola y alejarnos de lo canalla».
Satán no tiene cartel y hay que tocar el timbre. Bajando las escaleras, se abre paso una pequeña reproducción de 'El ángel caído', la icónica escultura de Ricardo Bellver que tanto mitifica al parque de El Retiro, y que está basada en las descripciones del Infierno del poeta John Milton en 'El paraíso perdido'; libro que, naturalmente, tienen a disposición para quien de atreva a leerlo.
Detrás del ángel, entre luces tenues pero poco tímidas, pende un cuadro original de Mario Carreño, 'Mujer al atardecer'. No hay que perderse la barra, llena de homenajes al pintor Francis Bacon, quien tanto adoraba esta ciudad.
Unos pasos a la izquierda, el salón principal, ambientado con sonidos afroamericanos, envuelto por sabanas rojas y falsa taxidermia de caballos; recreando la estética del primer bar Satán. Finalmente, se llega a la sala Goya, un pequeño espacio de abundantes referencias que dialogan entre sí. Por supuesto, tienen una reproducción de 'El aquelarre' en la pared, célebre pintura negra que interactúa con un fotograma gigante de 'El perro andaluz', la película de Luis Buñuel y Salvador Dalí. En la mesa de luz, 'La divina comedia', deliberadamente colocada al lado de los tres tomos de 'Historia de Madrid', de Federico Bravo. Por último, en un estante, reposan un par de pinturas surrealistas sin autor, un canastón de mármol con flores marchitas, y una colección de suplementos de ABC que datan de 1930: las clásicas 'Páginas Cinematográficas y Teatrales'.
Interior de la coctelería Satán
Será este el ambiente que arrope al nuevo Programa de Alta Frivolidad. Empezó el pasado jueves con la primera sesión de charlas sobre el vermú, la entrega consciente al epicureísmo sibarita y su reflejo en el cine. Este jueves es la primera noche literaria, en la que se van a recitar y comentar los cuentos góticos de Emilia Pardo Bazán: 'El conjuro', 'El fantasma' y 'El espectro'. También se evocará el lado telúrico y sobrenatural de Rosalía de Castro, con obras como 'El primer loco: cuento extraño'.
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ContinuarEste sábado aguarda la segunda sesión, en la que se buscará «reivindicar al aperitivo como una construcción cultural de primer orden». Para participar de la charla, hay que reservar plaza desde la página web del establecimiento.
El último evento del mes acontece el día 28, cuando se va a reproducir el 'Pecábamos como Ángeles' de Gloria Fuertes y por último, la obra censurada de Ana María Matute, 'Los hijos muertos', y, claro está, 'Demonios familiares'.
La fecha definitiva de cierre será el 20 de diciembre. Se llevará a cabo una recreación de todo lo que, según la prensa de los años 30, ocurrió el día de la inauguración de Satán: una orquesta tocando música profana con una escenografía de hogueras que provocaban bailes epilépticos. Cuenta la hemeroteca, con rubor, que aquella madrugada, en un arrebato de euforia trasnochada, Mario Carreño se subió a una columna alta de la que no podía bajarse por sí solo, de manera que tuvieron que llegar los bomberos para apaciguar y 'apagar' los excesos.
Ya saben, «había muchos vicios y depravaciones en Madrid», que escribió Pío Baroja en 'El árbol de la ciencia', más seducido que indignado por ello.