Del balcón castizo al gimnasio acristalado: los proyectos que estrenan el premio 'Antonio Palacios'

Este martes, el alcalde José Luis Martínez-Almeida ha concedido seis galardones a las obras que mejor han contribuido a la «ordenación, construcción y rehabilitación de la ciudad». Entre ellos figuran el desarrollo de Madrid Nuevo Norte, el nuevo edificio de Alcalá 141, que reinterpreta los clásicos balcones interiores madrileños; el gimnasio acristalado de Cuatro Caminos; la renovación del Real Jardín Botánico y de la Casa de Campo; y la recuperación y ampliación de los edificios de Chamberí, declarados Bien de Interés Cultural en 1995.

El proyecto Madrid Nuevo Norte ha recibido el primer puesto en la categoría de planeamiento urbanístico. Y es que, según el jurado, este desarrollo de colaboración pública-privada es el mejor ejemplo de transformación urbana porque cuenta «con el mayor consenso social, político e institucional del entorno y que mejorará la conectividad y los espacios estanciales y verdes».

Además, se pone en valor que para poder llevar a cabo esta operación fue necesario modificar de forma puntual del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid. Todo esto permite no solo la transformación del distrito financiero de la capital sino, también, la transformación de la estación de Chamartín como «uno de los principales nodos ferroviarios del país» y el abordaje del problema de acceso a la vivienda con el «impulso para la regeneración de suelos urbanos en declive».

Un nuevo inmueble de 20 viviendas, jardín, aparcamiento y local en la calle Alcalá, 141, ha sido reconocido en la categoría de edificios de nueva planta. El fallo del jurado dictamina que este céntrico edificio destaca, primero, por ser sostenible y eficiente desde el punto de vista energético y de la movilidad por su cercanía al transporte público; y, segundo, por combinar la modernidad de los patios abiertos y acristalados, con la tradición, por ejemplo, al homenajear a los balcones clásicos madrileños.

Es decir, que las dos fachadas tienen dos estilos completamente diferentes: el de la calle Alcalá es sobrio y ordenado, mientras que el de la calle Francisca Moreno es más creativo. El edificio cuenta con energías renovables, un jardín con especies autóctonas de Madrid, un sistema de riego que optimiza el uso del agua, y un color en las fachadas que evoca a los edificios originales.

El Centro Deportivo Municipal de Cuatro Caminos ha sido reconocido como el más innovador. Este edificio del distrito de Tetuán está ubicado en una plaza peatonal que, por un lado, «invita al disfrute de los vecinos y a los juegos infantiles» y, por otro, rompe con la estética habitual de los gimnasios.

Este, en concreto, es acristalado, con enredaderas en la fachada, lo que permite ver desde la calle a los vecinos practicando deporte. Además cuenta con un patio de luces que viene a «soluciona» las quejas de los vecinos por los huecos abiertos. Cuenta con una primera planta que es de uso social para dar continuidad con la calle, una planta baja donde se encuentran las piscinas, con vegetación y luz, y plantas superiores donde se ubican las máquinas. Mientras, la azotea se dedica a la actividad libre y se aprovecha para poner los paneles fotovoltaicos.

Dos zonas opuestas en el mapa y un mismo reconocimiento por ser capaz de aprovechar el espacio público. El Ayuntamiento ha otorgado el premio al Real Jardín Botánico de Madrid por la restauración del cerramiento original y recuperación del paseo, que restablece la relación del Jardín Botánico con su entorno y con el recorrido peatonal perimetral a lo largo del paseo del Prado.

Asimismo, en la misma posición, ha quedado la ordenación del entorno del lago de la Casa de Campo y Pabellones de Restauración, por tratarse de un proyecto que aúna el cuidado de la ocupación y de la superficie construida, implementando los servicios e instalaciones con una perfecta adecuación al entorno.

Por último, en la categoría de rehabilitación de edificios, se ha premiado la rehabilitación y ampliación de la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón, edificio original de 1857, posteriormente convertido en residencia de señoritas en 1932 y reformado, finalmente en 2022, con un nuevo edificio polivalente que armoniza con las otras edificaciones existentes. El criterio para la rehabilitación ha sido mantener "al máximo" las enseñas de identidad de los edificios y del jardín, en función de los usos que se les ha dado en sus más de 150 años. «Este inmueble es un ejemplo de encuentro entre estilos y épocas diferentes», sostiene el jurado de los premios que aspiran a alargarse en el tiempo.