Ayuso renovará el 60% o más de un gobierno regional que quiere «pequeño y ejecutivo»

«Ella lo tiene todo en la cabeza», explican en su entorno. Isabel Díaz Ayuso ha aprovechado los últimos meses para ir cuadrando en su mente al núcleo en el que se apoyará para la legislatura 2023-2027. Primero, pensando en los retos que deben asumirse. Y sólo después, buscando a la persona que puede hacerse cargo de cada una de las responsabilidades.

Su procedimiento es la observación: escucha, atiende, se fija «en los detalles», como le gusta decir. Cuando alguien le interesa, se informa. «Lo hace todo con mucha discreción, sin comentarlo con nosotros», reconocen en su equipo. No tiene un cuaderno azul, como tenía Aznar; tal y como corresponde a una mujer del siglo XXI y muy aficionada a la tecnología, su block de notas no es analógico sino digital, y está en su móvil, donde va apuntando datos y posibles candidatos y organizando listas.

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En ese nuevo equipo que deberá terminar de definir en las próximas tres semanas –hacia el 20 de junio tendrá lugar su investidura y a continuación anunciará su gobierno–, se espera una profunda renovación, que podría superar el 60 por ciento. De hecho, ya se sabe que cinco de los consejeros actuales no repetirán, una cifra que podría llegar a ser seis.

Por un lado, está Enrique López, titular de Presidencia, Justicia e Interior, que anunció ya hace meses que dejaba el Partido Popular para preparar su reincorporación como magistrado. Por otro, Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad, del que también se había anunciado que pasaría a ser senador por designación autonómica.

Otros tres consejeros que no van a repetir, porque han sido elegidos concejales del Ayuntamiento de Madrid, son Marta Rivera de la Cruz, Carlos Izquierdo y David Pérez, titulares respectivamente de Cultura, de Digitalización y Administración Local y de Transportes. Por último, está el caso de Concha Dancausa, titular de Familia y Políticas Sociales; según reconocen en la Puerta del Sol, «tenía un compromiso para ocupar este área durante la legislatura que acaba de finalizar, y no estaba claro que después continuara». Y eso que en el Gobierno regional se declaran «muy satisfechos con el trabajo que ha realizado: ha ordenado mucho ese área, porque tiene un conocimiento intenso de la administración». No en vano, ha sido Secretaria General de Asuntos Sociales, concejal de Hacienda, presidenta de la Asamblea y delegada del Gobierno, entre otros cargos.

De los tres consejeros restantes, Enrique Ossorio, Javier Fernández-Lasquetty y Paloma Martín, tendrían posibilidades de repetir pero no son los únicos: la presidenta tiene un extenso plantel de segundos escalones –viceconsejeros y directores generales, además de algún alcalde– cuya labor ha destacado durante el mandato que ahora acaba y con los que podría contar para distintas responsabilidades.

Y a ellos podrían unirse también, explican, perfiles profesionales ajenos al PP, independientes. Igual que incorporó en la lista a la Asamblea, como diputados, a media docena de personas a las que seleccionó cuidadosamente desde sectores ajenos a la política, y a los que hizo «un casting», como lo definen, estudiando sus curriculums y haciéndoles entrevistas en las que participó su número dos y mano derecha, Alfonso Serrano.

Son, en general, personas que nunca habían pensado incorporarse a la actividad política ni lo pidieron, sino que «ella se lo ha propuesto». Cree que esta «savia nueva» puede aportar frescura y acercar la Asamblea a la calle, y contribuye también a la combinación, que la presidenta quiere potenciar, de experiencia y gente nueva que aporte puntos de vista diferentes.

El nuevo Gobierno de Díaz Ayuso no va a tener tiempo que perder. Porque nace ya con un primer encargo de la presidenta: los presupuestos. Actualmente, se está trabajando con los de 2022 prorrogados, porque los de 2023 los tumbó Vox en diciembre, a las puertas de su aprobación. Aunque están elaborados, ponerlos en marcha supone una larga tramitación que tal vez invalidaría su utilidad, porque de hecho se superpondrían a los trámites para el escenario presupuestario de 2024, que comenzará a pergeñarse en verano para ser llevados a la Asamblea en octubre.

También quiere tener cuanto antes la posibilidad de reforzar los planes de sanidad y educación y los programas de vivienda, además de dar luz verde a asuntos paralizados, como la deducción fiscal a inversiones extranjeras en Madrid, que también decayó por no contar con el apoyo de Vox