Ateneo de Madrid: la lucha por sobrevivir de una institución de otros tiempos

Entre el Ateneo y la política siempre ha habido tendido un puente con mucho tráfico. De hecho, algunos de sus habituales incluso hablaban de un pasadizo secreto que lo uniría con el Congreso. Lo cierto es que la marcha de los tiempos y las vicisitudes del país casi siempre han tenido algún tipo de reflejo en este entrañable edificio que impone tanto respeto a algunos como indiferencia causa a otros.

En 1835, cambió su nombre por el de Ateneo Científico y Literario, como se le conoce hasta la fecha. Su primera sede no fue la actual de la calle Prado, sino otra en un edificio de la calle Montera. A Prado se trasladó en 1884. Y desde entonces se mantienen allí algunos espacios emblemáticos, de los más apreciados por los visitantes cuando se producen jornadas de puertas abiertas. Como la Galería de Retratos, con cuadros desde Mariano José de Larra a Miguel Hernández o Emilia Pardo Bazán, la primera socia femenina.

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Las intrahistorias del Ateneo se entretejen con anécdotas que ayudan a dibujar una época y unos personajes absolutamente únicos. Como Ramón María del Valle-Inclán, uno de sus presidentes, que cuando ocupó el cargo se trasladó a vivir allí con su familia. Decía don Ramón que había en el Ateneo un gato tan culto, que sólo se dormía sobre el ejemplar del New York Times que llegaba a la entidad.

El Salón de Actos es una joya en sí misma, con cuadros de los presidentes, un techo pintado con dioses romanos, o representación de la civilización árabe y su vinculación a la ciencia. Eso, y los símbolos matemáticos, la paleta y el compás descubiertos recientemente.

Abundan las librerías y salas de lectura, y los ejemplares almacenados se cuentan por miles. Y aunque la actividad cultural ha sido una de sus principales en los últimos años, también se han caracterizado por algunas broncas muy poco didácticas, como las producidas el pasado mes de mayo, poco antes de las últimas elecciones en la institución, en alguna de las cuales incluso tuvo que intervenir la Policía Municipal.

Un centenar de socios recalcitrantemente contrarios manifestaban así su oposición a la constitución de la Junta Electoral. Y un poco antes, cuando los Reyes visitaron el Ateneo por su bicentenario -en la primera visita oficial de Sus Majestades en los últimos 50 años-, siete de estas mismas personas se encerraron en el edificio, también para mostrar que estaban en contra. El equipo de Luis Arroyo, que se hizo cargo de la entidad en mayo de 2021, y volvió a ganar las elecciones en 2023, es el objeto central de sus críticas.