Asesinato en el burdel de un pueblo de Madrid: la venganza de una prostituta despedida contra la nueva encargada

Los hechos que se les imputan se remontan al 6 de febrero, cuando a eso de las cuatro de la tarde los servicios de emergencia recibieron la llamada de una mujer, después de encontrar a Katty tirada en una habitación del club El Pinar con heridas por múltiples puñaladas. Los efectivos del Summa 112 trataron de reanimarla sin éxito, al tiempo que un equipo de psicólogos atendía a la hija de la víctima, desplazada al lugar tras conocer el ataque.

Con el óbito consumado, los agentes del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Madrid se pusieron manos a la obra para localizar a los responsables. Apenas unas horas después, ya sabían que el asesinato se había producido tras una discusión con otra trabajadora del espacio, a la que Katty había pedido días antes que no regresara debido a las insalvables desavenencias entre ellas. Descubrieron, además, que ese día la agresora entró acompañada de un individuo encapuchado, quien también asestó diversas puñaladas a la finada.

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Carlos Hidalgo

La presunta homicida llegó al burdel El Pinar con su novio, se produjo la discusión, la acuchillaron y se fueron en su coche, según los primeros datos de la investigación de la Guardia Civil

Tras ello, se subieron a un vehículo conducido por un segundo sujeto, su novia y la persona que trasladaba a diario a la prostituta desde Parla para trabajar, como así señalaron los testigos que lo reconocieron a esa hora en el exterior del local de alterne. Conscientes del rastro dejado, los tres implicados trataron de eludir la presión policial ocultándose en domicilios de la zona sur de la región y cambiando de forma periódica los números de teléfono móvil. Asimismo, estacionaron el coche en un garaje particular y no lo volvieron a utilizar.

Las pesquisas avanzaban con cautela hasta que a mediados de marzo todo se precipitó. En uno de los seguimientos, los investigadores tuvieron que interceptar a la sospechosa al comprobar que se disponía a coger un vuelo a su país en el aeropuerto de Barajas. Con la primera pieza en la jaula, fueron de inmediato a por las otras dos: el joven familiar fue apresado en la estación de tren de Chamartín, mientras que al tercero en discordia le colocaron los grilletes en Parla.

En los registros, los agentes hallaron diversos objetos que les vinculan con el crimen, entre ellos el cuchillo empleado, que fue enviado al laboratorio de criminalística para su correspondiente análisis.