Asalto y paliza a la carta a un empresario por una deuda: «Has dado muchos problemas a gente y nosotros vamos a solucionarlos»
La Policía Municipal detiene a dos sujetos a los que alguien había contratado desde Elche y que mantenían retenido de pies y manos al dueño de un local de reformas en el barrio de Salamanca
A uno de los atracadores se le llenó la cara del tinte con espray que se había echado en el pelo para intentar alterar su aspecto y los agentes sospecharon
Un hombre secuestrado pide auxilio a un vecino con mensajes en servilletas: «Llama a la Policía. Es muy agresivo y tiene armas»
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa Policía Municipal de Madrid ha detenido a dos hombres por su presunta implicación en el asalto a un empresario de reformas del barrio de Salamanca. Fuentes del caso explican a ABC que habían sido contratados por alguien en Elche (Alicante), que les pagaría «seis ... cifras» por darle una paliza y cobrarse una deuda. Cabe destacar la labor perspicaz de los dos agentes que han esclarecido el caso, quienes se encontraban de paisano por la zona, a pie, cuando algo les olió a chamusquina.
Eran las siete de la tarde del jueves pasado, 25 de septiembre, cuando el binomio de la Comisaría Integral del Distrito de Salamanca transitaba por la zona de Goya y vio a dos tipos desaliñados y deambulando por la calle de Alcántara con la de las Naciones. Como es habitual que haya trapicheo de drogas por allí, les escamaron.
Vieron que giraban hacia Montesa y que uno portaba una mochila. A la altura ya de la calle de Alcalá, se separaban y uno tiraba algo a una papelera. Uno de los varones lleva una mochila y a la altura de la calle Alcalá, uno se separa del otro y tira algo a una papelera. Siguieron por Ayala, donde debieron de sospechar algo porque tomaron un taxi, momento en que los policías municipales de Madrid los interceptaron.
Liberan a una mujer gracias a las fotos que hizo en su rapto tras ser drogada y violada
Carlos HidalgoLa víctima hizo escala desde Colombia para ir a Canarias pero la secuestraron y violaron mediante sumisión química en Moratalaz
Los identificaron e interrogaron por separado. Uno llevaba unos guantes e lana negros, un móvil y un billete de 50 euros. El otro lucía salpicaduras de sangre en su camisa blanca y también portaba los guantes, pese a que aún hace calor. Además, le interviniero varias tarjetas de créditos, un DNI que no era suyo, un móvil y un papel tamaño cuartilla en el que había escritos cuatro números con bolígrafo. Resultó muy curioso que tuviera churretes negros en la cara y que es escondía un espray de tinte de pelo y se lo había pintado, para alterar su aspecto. La tinta se había desparramado sobre su rostro. También llevaban unas gafas Ray-Ban con una cámara oculta que graba. Por cierto, la Tienda del Espía, especialista en material de ese tipo, se encuentra muy cerca.
Sobre la cartera, reconoció: «Nos la hemos encontrado en Goya, la he tirado a la papelera y me he quedado el resto, aunque sé que he hecho mal». Los agentes no les creyeron ni media palabra y dentro de la basura lanzada hallaron unas llaves con un cordón azul. Consultaron en comisaría si alguien había ido a denunciar la desaparición de esa documentación en concreto, pero les dijeron que no.
El asalto
Los municipales hallaron por el padrón la dirección del dueño del DNI, pero el portero de la finca les dijo que ya no vivía allí ese hombre pero que tenía un local de reformas en la calle de Alcántara, al que acudieron. Una vez allí, observaron que la cancela estaba bajada y la puerta cerrada, pero que la luz permanecía encendida. Les llamó la atención una maceta tirada en el suelo con la tierra esparcida. En ese momento, vieron a un varón que subía desde el sótano y cuya cara era la misma que la de la foto del DNI 'extraviado'.
Al entrar, hallaron al empresario temblando de miedo, muy nervioso, con arañazos en la cara y el cuello y la camisa ensangrentada. «Dos tipos me han herido tras engañarme diciendo que querían hacer una reforma en un piso. Les he dejado entrar para darles una tarjeta de contacto», narró primero.
Luego, le empujaron, cerraron la puerta del establecimiento y le obligaron a bajar, mientras le amenazaban: «Llevamos tiempo siguiéndote por crear problemas a algunas personas y nosotros los vamos a solucionar». Lo que siguió fue un forcejeo continuo, en el que rompieronla barandilla de cristal de la escalera. Le amenazaron con una llave inglesa, le maniataron con un cinturón y lo ataron por el torso y los pies sentado en una silla con bridas.
Las coacciones con amenazas de muerte y los golpes con la herramienta no cesaban. «¡Danos el dinero», insistían, pero el rehén les explicaba que no había. Los atracadores vieron una caja fuerte y exigieron la clave, pero al abrirla se quedaron perplejos, pues se encontraba vacía. «¡Como no colabores, te vamos a matar a ti y a tu familia!», gritaban, mientras seguían con la paliza.
Amordazado con una corbata
El empresario les dijo que algo de dinero habría en su cartera, que estaba en un armario, y se marcharon con ella, no sin antes exigirle las claves de las tarjetas, que eran los números que llevaban en la cuartilla incautada. Antes, le metieron una corbata en la boca y otra la utilizaron para verdarle los ojos. «No salgas de aquí hasta las ocho», ordenaron, y apagaron la luz del sótano, pero no la de la planta baja. Se llevaron también las llaves.
Acababa de desatarse la víctima cuando llegaron los agentes y le rescataron. Dijo que tenía cámaras que lo debían de haber grabado todo. Los tipos detenidos son un español de 40 años y un dominicano de 38, que habían venido expresamente desde Elche (Alicante), contratados para este encargo. En principio, se les acusa de detención ilegal, robo y amenazas de muerte.
Fueron trasladados al Grupo XII de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Policía, experto en atracos, secuestros y extorsiones. Allí, el español, reconoció, derrumbado: «Nos hemos pasado. Quién me mandaría... Le hemos pegado más de la cuenta y me he jodido la vida haciendo esto, pero me daban seis cifras por hacelo y necesitaba el dinero», dijo, en referencia a que era un encargo.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete