20 años del crimen de Sandra Palo: el brutal asesinato que conmocionó a España
La joven de 22 años fue raptada, violada, atropellada y quemada viva hasta provocarle la muerte
Qué ha sido del Rafita y el Malaguita, dos de los asesinos de Sandra Palo
Los padres de Sandra Palo: «Un menor que mate o viole con 13 años debe tener castigo»
A. C.
Madrid
La crónica negra reciente de España está repleta de terribles casos, difíciles de explicar y con finales trágicos que han llegado a marcar a todo el país, en especial a las generaciones jóvenes. Y es que en muchos de los sucesos que han ... trastornado a la población tenían que ver con víctimas menores de edad o jóvenes, y en muchos casos los crímenes tenían de fondo terribles historias sexuales y de violencia difíciles de olvidar.
Uno de ellos fue, ahora hace justo 20 años, de Sandra Palo Bermúdez, una joven de 22 años de Getafe que, como aseguró el fiscal durante el juicio murió de la manera «más desproporcionada y vil» que recuerda. Fue la madrugada del 17 de mayo de 2003, cuando un grupo de menores de edad la violaron brutalmente y asesinaron. El caso ya era terrible de por sí pero todavía conmocionó más saber que tenía una discapacidad intelectual leve, que le causó un accidente de tráfico.
Los hechos sucedieron cuando regresaba a casa de noche, tras haber salido con compañeros de la formación ocupacional que hacía. Al volver a casa avisó a sus padres de que ya estaba a punto de subir al autobús junto a un amigo, en la plaza Elíptica, y fue entones cuando delante de la parada llegó un coche del que bajaron cuatro integrantes. Tenían entre 14 y 18 años, y unos 700 antecedentes policiales, pero uno de ellos tuvo claro que quería tener una relación con Sandra.
Secuestrada, violada y quemada
Con un cuchillo, la amenazaron a subir al vehículo, también a su amigo, al que dejaron a mitad del camino. A ella la secuestraron: se la llevaron hacia Getafe y pararon en un descampado en la carretera N-401 próximo a una empresa de rótulos. Allí ocurrió lo peor: tres de los cuatro jóvenes la violaron por turnos pero sin parar. Tras ello, y al ver que ella podría llegar a identificarlos, consideraron que lo mejor era matarla.
El principal acusado, conocido como El Malaguita, decidió acabar con ella atropellándola, algo que hizo, según las pruebas forenses, hasta en quince ocasiones. Pero su plan macabro no acabó aquí, ya que como Sandra todavía seguía con vida acudieron a una gasolinera próxima para comprar un euro de gasolina, la rociaron y le prendieron fuego para que no quedara rastro del crimen.
El cadáver de Sandra fue encontrado, horas después, en una cuneta de esa carretera a la altura de Leganés, medio carbonizado y con la cabeza dentro de una bolsa. Y el coche que los asesinos usaron nunca llegó a aparecer pero ello no evitó que los autores del crimen fueran identificados y detenidos, poco después, en junio de 2003.
Ella era la mayor de tres hermanos y el triste día de su asesinato tenía que acudir, precisamente, a la comunión de uno de ellos. La fa de Sandra, consternada por un dolor que toda la vida arrastrará, empezó una campaña para exigir que se endurecieran las penas para menores de edad, algo que acabó llegando años después. Sus padres, con todo, siguen luchando para que su caso no se olvide.
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