20 años a la caza de pederastas, asesinos y narcos por el mundo

Eso sí, aunque todas las causas pasan por manos de este equipo de la Udyco, con sede en el complejo policial de Canillas, son fundamentales la Red Nacional de Localización de Fugitivos y las plantillas de las comisarías locales de toda España. «El crecimiento», explica a ABC el inspector jefe al mando, Fernando González, «se debe a que somos más gente y han aumentado los resultados». La modestia le impide reconocer, quizá, que la experiencia acumulada en todos estos años por los hombres y mujeres que conforman la sección es otro aval importantísimo para seguir cosechando éxitos.

No fue el asunto con más repercusión internacional (de los que hablaremos más adelante), pero la fuga y caza de Yousef Mohamed Lehrech, alias el 'Pastilla', tras escapar el 23 de diciembre en un despiste en los protocolos de seguridad de la cárcel de Alcalá Meco (Madrid II) hizo correr ríos de tinta. Fue fundamental la colaboración que nuestro país mantiene en la Red Enfast (Equipos de Búsqueda de Localización de Fugitivos), a nivel europeo, para dar con el peligrosísimo asesino. Enfast se creó para incrementar la seguridad dentro de la UE mediante una mayor eficacia en el rastreo y en la detención de criminales que se encuentran bajo búsqueda internacional. Los agentes están disponibles las 24 horas de los 365 días del año para arrestar a los fugitivos.

La labor del equipo dirigido por Fernando González en 33 días de búsqueda pasó por territorios nacionales, como Cádiz y Málaga (por donde solía moverse con anterioridad) y Marruecos, de donde es originario. Pero las pistas llevaron luego a Francia y Alemania, hasta ser apresado el 25 de enero en Leipzig. Para abrochar estas investigaciones, en muchos casos, resulta fundamental la colaboración ciudadana, explican los agentes españoles. «Podemos saber dónde se encuentra alguien, pero en una buena parte de los casos tenemos que confirmarlo con gente de la calle o del entorno», explica el inspector jefe de Localización de Fugitivos. Y eso fue lo que ocurrió con el relato de otros musulmanes que acudían a la misma mezquita que él en Colonia.

El Pastilla está acusado de dos muertes: una por encargo de Tayena, el líder de la banda de narcotraficantes con la que trabajaba Lahrech, que acabó, por error, con el asesinato de un trabajador del puerto de Algeciras, el 6 de octubre de 2022; el sicario se equivocó, pues el objetivo claro era un integrante del clan de los Piolín, sus rivales. Después, el 12 de abril de 2023, el fugitivo ejecutó al propio Tayena en Los Barrios (Cádiz). Fue detenido cuando iba a escapar a Ceuta utilizando un ferry desde Algeciras, hasta su fuga de prisión.

Fuera de las fronteras madrileñas, la Sección de Localización de Fugitivos también ha participado, con los Mossos d'Escuadra, en la captura en junio pasado de Carlos Navarro, el famoso 'Yoyas', exconcursante de Gran Hermano y quien llevaba huido de la justicia de las acusaciones de malos tratos a su exmujer e hijos.

«Pero, sin duda, a nivel internacional, el asunto más potente que hemos resuelto es el de dos líderes del clan de los Balcanes, que eran de los delincuentes más buscados en Europa», explican en la sede de Canillas. Se refieren a Nikola Vusovic y Nikola Filipovic, los números uno y dos, respectivamente, del clan de Vracar de Belgrado, relacionado con el de Kavac y, por tanto, uno de los tentáculos del cártel de los Balcanes. Sus rivales más inmediatos son los Skaljari. La guerra sin cuartel entre ambas bandas, con asesinatos de uno y del otro lado, vienen tras la incautación de 300 kilos de cocaína en el puerto de Valencia en 2014.

Estos serbios conforman una de las organizaciones criminales más importantes a nivel mundial en la actualidad, comparable con la Mocro Maffia que asuela el norte de Europa y por encima, a nivel continental, de los colombianos y mexicanos. Por todo ello, las cazas de Vusovic y Filipovic son las cabezas más importantes cobradas por la Sección de Localización de Fugitivos en 2024.

Si nos remontamos unos años atrás, encontramos otro hito de trascendental importancia (incluso en el tablero político internacional) con la detención el 12 de abril de 2019 de Hugo (el Pollo) Carvajal, el jefe huido de los servicios de inteligencia militares del régimen venezolano, en el piso de la calle de Torrelaguna (Ciudad Lineal) del que había hecho su madriguera. Estados Unidos tenía sobre él una petición de extradición por sus lazos con el crimen organizado y el tráfico de drogas. Delitos que, junto al sicariato y los sexuales (especialmente los de pederastia), son los más trabajados por esta sección de la Udyco.

No es difícil que este nombre se venga a la cabeza cuando se oyen las palabras prófugo o fugitivo de la justicia. Sí, hablamos de Antonio Anglés, desaparecido en enero de 1993 y acusado de secuestrar, violar, torturar, asesinar y enterrar a Míriam, Toñi y Desirée, las niñas de Alcácer, en noviembre de 1992. Solo se condenó a su compinche, Miguel Ricart, quien abandonó la cárcel justo después de cumplir 20 de los 170 años a los que fue condenado, gracias la derogación de la Doctrina Parot. Anglés, probablemente el asesino más famoso de España en el último medio siglo, sigue en la lista de los más buscados, esté muerto o vivo.

Considerado el número 1 de la red del Clan de los Balcanes llamado Vracar, cayó poco antes que su mano derecha, Nikola Filipovic. Narcos y asesinos.

Nikola Vusovic

Fernando González destaca un nombre importante de estos casos que aún están en la casilla del 'debe': José Manuel Llorca Rodríguez, el cerebro de Fórum Filatélico, la enorme estafa piramidal que estalló en 2006 y por la que lleva huido desde entonces. Se sabe que pasó hace dos décadas por las islas Margarita de Venezuela, donde se operó para cambiar su aspecto. El resto de los encausados fueron condenados a hasta 12 años de prisión.

Mientras, hay que dedicarse a los casos que se abren cada día. Por ejemplo, el pasado miércoles, día de esta entrevista, en la Sección de Localización de Fugitivos acababan de arrestar a cuatro personas: dos en Madrid, una en Barcelona y otra en León. Trabajo no les falta.

La J, fue detenido en mayo de 2024 cuando se escondía con una de sus amantes en San Sebastián de los Reyes. Joel Ambioris Pimentel García, que es su verdadero nombre, estaba buscado por Interpol tras decenas de homicidios, entre ellos el envenenamiento de un preso rival en la cárcel, y por amenazar a la procuradora general de República Dominicana, la homóloga a nuestro fiscal general.

El Grupo II de la sección es la que se encarga de los fugitivos españoles y de Latinoamérica, una región geográfica con la que, por razones lingüísticas e históricas, estamos hermanados. La cooperación policial con Perú, Colombia, Argentina e incluso Venezuela es extraordinaria. Y, a nivel europeo, con las naciones con los que más se enlaza son Italia, Francia, Alemania, Rumanía y Países Bajos. Precisamente, trabajando con naciones suramericanas, algunos de estos policías sí que ven «una tendencia al aumento de la violencia»: «Los sicarios que trabajábamos eran gente que mataba en sus países, pero ahora también lo hacen aquí».

Uno de los casos más sobrecogedores es el de Francis Jiménez Sutherland, panameño de 34 años, acusado en su país de ser el líder de los Terror Killa, una de las organizaciones criminales más peligrosas y que recibió un duro golpe el 16 de julio pasado. El capo había escapado tres días antes de que la operación Estambul desembocara en la detención de lo que allí se conoce como pandilleros, que nada tienen que ver con los que sufrimos en España.

Acusado de dos asesinatos, el de un objetivo equivocado y el de su propio jefe, Yousef Mohamed Lehrech se fugó de Alcalá Meco y fue apresado en enero en Alemania

El Pastilla

El arresto del panameño se produjo el 16 de septiembre por la tarde en el parking del centro comercial Las Rozas Village, al que solía ir su esposa con el hijo y otros consortes criminales que le dieron cobertura en España para comprar en tiendas de lujo. Los Terror Killa son un sindicato del crimen que encargaba y ejecutaba asesinatos, golpes contra narcos, tráfico de drogas, extorsiones y tráfico de armas, entre otros delitos.

Y, finalmente, está el factor suerte: «Llevábamos detrás de un objetivo un montón de tiempo. Sabíamos que se movía por la zona de Alicante. Uno de los compañeros, en marzo de 2024, entró a tomarse un café en Rojales, un pueblo. Su sorpresa fue que al lado de él, en la barra, estaba uno de los fugitivos que tenían en cartera, acompañado de varios tipos muy peligrosos, aunque no tenía nada que ver con el asunto que investigábamos allí. Avisamos a los agentes de la zona y en minutos se montó un dispositivo que acabó con su detención al salir de la cafetería». Era un kazajo al que reclamaba Alemania por secuestro y por el asalto a una vivienda donde sus víctimas fueron agredidas.