Anastasia, la niña del coro ucraniano que canta en la cabalgata de Reyes: «De regalo solo quiero que mi padre vuelva de la guerra»

El lema del desfile de este año es la paz, representada por un ángel que sobrevolará la ciudad y que será recibido por los niños de Peredzvin. Anastasia no ha escrito la carta a los Reyes, pero tiene claro cuál es su deseo, no solo para esta noche sino para todo 2023. Y, aunque estará concentrada en el concierto, algunos de sus pensamientos viajarán hasta Ucrania, país de sus progenitores y al que su padre, Oleg, volvió hace ocho meses como voluntario para combatir en la invasión rusa. «Solo quiero que todo salga bien, que la guerra se termine y que mi padre vuelva a casa», dice Anastasia sobre el que sería su mejor regalo.

Oleg, como tantos hombres, dejó España una semana después de que comenzase el conflicto para luchar por su país. A 4.000 kilómetros, Anastasia espera cada día recibir noticias suyas. «Estos meses han sido muy duros. Hoy le dedicaré la actuación. Cada vez que hablo con él me dice que me echa de menos, que estaremos juntos dentro de poco... Él sabe que hoy voy a estar cantando«, cuenta emocionada, pensando en ese 'milagro' de Navidad con el que sueña todas las noches, que no sería otro que reencontrarse con su padre, al que tendrá más presente que nunca.

Noticia Relacionada

Cabalgata de Reyes Magos: Un ángel de la paz en el cielo abrirá la cabalgata de sus Majestades de Oriente

Carlota Barcala

El cortejo, formado por mil personas, estará guiado por una estrella luminosa y acompañado de la Dama de la Noche, aves fénix y elefantes

Pero Anastasia no es la única niña del coro. Lo forman 24 menores, entre 5 y 15 años, que han hecho de la música ucraniana una forma de conocer las tradiciones y la cultura del país de sus familias, ya que la mayoría de ellos han nacido en España. A los mandos de este grupo de cantores está Liliia Tkachuk, que se instaló en Madrid hace una década. «Decidí quedarme y empezar de cero. En mi país era profesora de violín y canto, y tenía claro que quería seguir trabajando en la música», dice la directora del coro, que lo fundó hace ya seis años en un colegio ucraniano de Alcorcón. Ahora, ensayan en una iglesia de la localidad al menos una vez por semana.

Liliia cuenta que los padres de los niños no quieren que olviden sus raíces, sus tradiciones, y que ella les enseña esa cultura mediante las canciones y villancicos de Ucrania. Han participado en conciertos, en ferias como la de Fuengirola o en la San Silvestre de Navarra para recaudar fondos para los niños huérfanos de la guerra, pero nunca se han enfrentando a un «escenario tan grande como el de la Cibeles«. »Es el centro de Madrid, la cabalgata...«, afirma emocionada sobre esa »gran oportunidad« en la que se convertirá la actuación, que empezará con una canción que reivindica la paz en Ucrania y continuará con dos villancicos típicos.

La oportunidad surgió hace dos meses, cuando coincidieron en un acto en la plaza de Lesya Ukrainka, frente a la embajada de Ucrania, con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y les propusieron actuar esta tarde. «Los niños lo celebraron con mucha alegría. 'Somos famosos, somos famosos', me decían», recuerda entre risas Liliia, que califica al coro «como una familia». «No son profesionales, solo aman la música. No sabíamos que podíamos llegar a este nivel«, afirma la directora y violinista. Pasadas las 19 horas, llegará su momento estelar. Los focos se encenderán y ellos cantarán por la paz y por que todo el pueblo ucraniano pueda »vivir tranquilo«.

Entre esos artistas está también Oleksandr Kononchuk, el único niño que cuenta con educación musical. Toca el piano desde los 6 años, está en tercero profesional de conservatorio y es el más veterano del coro, junto con Liliia. «Llevamos ensayando dos meses. Va a salir todo muy bien», asegura el joven, de 15 años. «Cuando la profe me lo dijo no me lo creí... ¡Era la plaza de Cibeles! Un lugar tan emocionante, tan importante..», afirma con ilusión Oleksandr, que ya ha avisado a sus amigos para que vean la actuación por la televisión.

En el Palacio de Cibeles −nunca lo habrían imaginado− hay un camerino ya que lleva el nombre de Peredzvin. Los 24 niños del coro ensayan los últimos movimientos antes de que las más de 2.500 personas que se concentrarán en la plaza escuchen las canciones típicas de su país y, sobre todo, se unan a ellos para reivindicar la paz.