Ana Crismán: «Lo que hago no ha tenido reacción hostil del purismo, y lo agradezco»
La única arpista flamenca del mundo actúa este jueves en la Sgae y el sábado en el festival Ellas Crean
Viaje a la tierra de María José Llergo: «En Pozoblanco no le decimos al olivo cómo crecer»

La jerezana Ana Crismán cambió radicalmente su vida por amor. Por amor a un instrumento, y no uno cualquiera. Por amor al arpa. Su vida era de lo más ordenadita, era funcionaria y tenía plaza fija como maestra de escuela desde los veintiún años. ... Pero unas vacaciones en Irlanda le dieron un buen revolcón a su destino en 2018. «Vi a un músico callejero tocando el arpa, y algo se encendió dentro de mí. Lloré de la emoción, y decidí que tenía que aprender a tocar ese instrumento tan maravilloso», explica la artista, que a su regreso a casa, no se lo pensó dos veces y se dejó buena parte de sus ahorros en comprarse un arpa.
Cuando intentó tomar clases, se encontró con un muro que a otros le hubiera parecido infranqueable. En los conservatorios no pudo encontrar ninguna plaza, «porque al ser unos estudios que duran catorce años, se prioriza a la gente joven o incluso niños», explica, y tampoco dio con ningún profesor particular porque a sus treinta y cinco años, la veían «mayor» para empezar y para colmo, le dijeron que «eso de tocar flamenco con el arpa, si no se había hecho ya era porque no se podía». Así que se lanzó de forma autodidacta, y en un tiempo récord se hizo con el instrumento y empezó a dar conciertos. Y todo esto, tocando flamenco. Algo que jamás se había hecho con arpa.
Siete años después, sigue siendo la única 'arpaora' del mundo -«que no arpista, porque yo no toco clásica», apunta- y estos días está en Madrid para dar dos conciertos (este jueves en la Sgae, y el sábado en el Centro Cultural Eduardo Úrculo, con entrada gratuita y dentro de Ellas Crean) presentando su primer disco, que no podía llamarse de otra forma que 'Arpaora'.
Desde 2018, ¿nadie más se ha atrevido a tocar flamenco con arpa?
Qué va, qué va, sigo siendo la única a nivel mundial. Yo siempre he tenido vínculo con el flamenco por el sitio donde nací, pero ni me había dedicado a él, ni tocaba la guitarra, ni venía de una familia de artistas, ni nada. Pero al haberlo respirado, cuando vi a aquel chico tocando el arpa en Irlanda inmediatamente lo asocié al flamenco. Fue como una cosa automática, como si se me encendiera la bombilla. Entonces empecé a buscar si había algo de flamenco tocado con arpa, y no encontré absolutamente nada. Y ahora, aparte de lo que estoy haciendo yo, sigue sin haberlo.
¿Cómo es posible que aprendiera a tocarla tan rápido?
Porque me encantaba y porque me puse las pilas a muerte, todo el día tocando, todo el día tocando... El mismo año que empecé a aprender, empecé a trabajar. Me llamaron para tocar en el Festival de Música y Danza de Granada, y como la propuesta llamó mucho la atención me fueron saliendo más conciertos.
Y pasó de la seguridad funcionarial al mundo más inseguro a nivel laboral.
Totalmente. Pasé de un extremo a otro, de tener nómina, horario y estabilidad, a todo lo contrario.
¿Al principio hubo alguna reacción hostil del purismo flamenco?
La verdad es que no, y tengo que estar agradecida por eso. Al principio yo creía que nunca iba a dar un concierto en España, porque pensaba que el mundo flamenco no me iba a aceptar. Creía que sólo iba a poder actuar en festivales extranjeros de músicas del mundo y cosas así. Pero fue el mundo flamenco el que me buscó a mí,y no al revés. A día de hoy he pasado por los festivales flamencos más importantes de España, y fueron ellos los que me llamaron. Y los artistas del flamenco igual. Me han llamado para colaborar gente como Rancapino o Tomasa La Macanita, cantaores de raíz. Porque yo hago flamenco de raíz, no flamenco fusión.
MÁS INFORMACIÓN
También ha colaborado con Miguel Poveda o Jorge Pardo, ¿qué le dijeron sobre su propuesta?
Que les encanta, y que voy a navegar a lo ancho y largo del mundo con esto. Y que p'alante con ello, que es una aventura vital y artística increíble y que no dude ni un segundo.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete