La ampliación de la línea 11 de Metro recibe el OK de Medio Ambiente tras reducir un 36% los árboles afectados

El informe ambiental ha llevado a cabo un análisis exhaustivo de las alternativas que había planteado la Dirección General de Infraestructuras del Transporte Colectivo desde una perspectiva ambiental. En ellas se han considerado, insisten, «no solo los impactos asociados con la ocupación del suelo y la afección al arbolado, sino también aspectos como la contaminación acústica, la calidad del aire, las operaciones de movimiento de tierras, la gestión de residuos, así como la contribución al cambio climático».

Esta obra ha sido objeto de polémica por la fuerte contestación vecinal que ha generado, que llevó incluso a la paralización de los trabajos durante algún tiempo, y a varios cambios del proyecto. En la declaración de impacto, la autorización viene acompañada de numerosas condiciones, para minimizar los impactos que generen los trabajos. Especialmente se cuida la reposición de árboles afectados por otros ejemplares de tamaño similar, de manera que se restaure la zona de actuación a su estado original en el menor tiempo posible.

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También se establece el mantenimiento de estos árboles, la instalación de pantallas acústicas y otras medidas a tomar durante la fase de construcción para reducir el impacto ambiental.

Para elaborar esta declaración de impacto, Medio Ambiente ha realizado consultas a 57 entidades gubernamentales y asociaciones interesadas para recabar su opinión en el proceso. También se han remitido a la Dirección General de Infraestructuras del Transporte Colectivo 355 alegaciones, que desde la Administración regional aseguran que «han sido fundamentales en la redacción del Informe de Impacto Ambiental».

La nueva declaración de impacto fija que se reduzca un 20 por ciento la superficie de terreno sobre el que se extenderá la obra de ampliación de la Línea 11 de Metro, lo que a su vez supondrá una reducción de un 36 por ciento de la masa arbórea afectada. En total, serán 879 árboles los afectados, de los cuales 676 serán apeados y 203 trasplantados (anteriormente se contemplaban 1.027 apeados).

Por lo que se refiere concretamente a la hilera de grandes plátanos del parque de la Arganzuela, defendidos por los vecinos con multitudinarias protestas, son en total 124 y de ellos 102 han quedado excluidos del proyecto, lo que supone que «se han preservado el 80 por ciento».

Además, antes de proceder al apeo de los árboles situados en las zonas de las estaciones de Comillas, Madrid Río y Atocha, la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras solicitará el dictamen de la Comisión para la Protección del Patrimonio Artístico y Natural.

Además, la Consejería de Transportes que dirige Jorge Rodrigo se está planteando también seguir la recomendación de la de Medio Ambiente, que proponía no alojar la subestación eléctrica en los jardines de Palestina y dejar libre de afectación dicha zona, lo cual implicaría la reducción de otros 45 árboles afectados.

El proyecto modificado definitivo estará listo en un plazo de unos seis meses, y añadirá un estudio hidrogeológico que informe sobre las condiciones del terreno sobre el que se ejecutarán las obras.

La ampliación de la línea 11 de Metro de Madrid implica la construcción de cinco estaciones, con una longitud de 6,9 kilómetros: dos serán nuevas, las de Comillas y Madrid Río, y otras tres serán interconexión con líneas existentes: Palos de la Frontera con L3; Atocha con L1, Cercanías y AVE; y Conde de Casal con L6. En esta última, además, el proyecto incluye la construcción de un nuevo intercambiador de transportes que dará servicio al corredor de la autovía A3 para unir el sur con el este de la capital.

La complejidad de las obras exige el inicio simultáneo, y a la mayor brevedad posible, en diversos lugares de trabajo (estaciones de Comillas, Madrid Río, Palos de la Frontera, Atocha y Conde de Casal) para poder cumplir con la programación prevista y los plazos de ejecución.