Almeida ultima la Ley de Capitalidad y nuevas bajadas de impuestos para competir con las grandes ciudades del mundo

El primer edil envió la primera carta el 21 de octubre de 2021. Reclamaba al Gobierno de España una reunión de la Comisión Interadministrativa de Capitalidad, un grupo de trabajo que nació con la Ley de Capitalidad de 2006 y que nunca se constituyó. El Ministerio de Política Territorial respondió el 17 de enero de 2023, sin concretar plazos. No obstante, se ha progresado en el último año. «Ya han finalizado los grupos de trabajo para estudiar la reforma de la Ley de Capitalidad, para adaptar el marco normativo y fiscal de la ciudad a las exigencias de una gran ciudad en el siglo XXI y que nos permita competir con otras grandes ciudades del mundo», aseguró Almeida.

«Ya se está elaborando el borrador para iniciar de la manera más rápida posible los trámites», añadió el alcalde sobre un proceso que termina con la votación de la ley en el Congreso de los Diputados. Y tuvo un lapsus, delante de sus 28 concejales, todos sentados en taburetes blancos bajo el cielo azul, en los jardines de Cecilio Rodríguez, a un costado del Retiro. «Queremos poner encima de la mesa de manera inmediata ese texto de ley de amnistía... De ley de amnistía, dice, si es que...», se detuvo, y miró a sus ediles con una sonrisa, antes de continuar, «...ese texto de la Ley de Capitalidad que espero que sea aprobada con la misma celeridad que la ley de amnistía, espero que tengan la misma deferencia hacia los ciudadanos madrileños que hacia los golpistas catalanes».

Noticia Relacionada

Almeida cumple un año de mayoría absoluta crecido ante la oposición: «Somos la única alternativa al sanchismo»

Cris de Quiroga

En un pleno marcado por la guerra en Gaza, el alcalde de Madrid presume de equipo y carga contra la «crispación» de la izquierda y la «irrelevancia» de Vox en la capital

En este punto, sin embargo, la capital de Cataluña y la capital del país comparten los mismos objetivos. «Barcelona y Madrid están trabajando conjuntamente en la mejora y en la reforma de sus marcos normativos, como prueba de que entre las ciudades tenemos que cooperar y colaborar intensamente para sacar adelante los retos comunes que tenemos», señaló Almeida.

El Ayuntamiento de Madrid ha solicitado cambios en la ley desde el primer mandato de Almeida. Las demandas no han cambiado: el Gobierno municipal quiere más competencias 18 años después de que la norma entrara en vigor. Por su población —ya supera los 3,46 millones de habitantes—, el millón de entradas que asume a diario, los grandes eventos que acoge... La ciudad exige «herramientas» para enfrentar estas «particularidades», sobre todo, en cuatro ámbitos: seguridad, infraestructuras, fiscalidad y financiación.

La Ley 22/2006, de 4 de julio, de Capitalidad y Régimen Especial de Madrid ya nació constreñida, 22 años después del estatuto que definía la singularidad de la capital. Aunque durante muchos años se propuso —tanto PP como PSOE— que la urbe recibiera un canon por sus gastos añadidos como sede administrativa y judicial, la ley no incluyó este punto, ni otras fórmulas alternativas como la participación en los ingresos del Estado que ahora rescata Almeida. En 2006 también se definió el modelo de gestión del consistorio, un gobierno local de corte parlamentario, con el poder concentrado en la Junta de Gobierno y el Pleno, y se agilizó la burocracia para aprobar ordenanzas.

El borrador municipal pretende conseguir mejoras concretas para la ciudad, entre ellas, una mayor tasa de reposición en la Policía Municipal para «cubrir las 1.000 plazas vacantes» que necesita Madrid y en la que Almeida ha vuelto a insistir este lunes: «Pedro Sánchez no nos lo permite. No queremos que el Gobierno nos pague la seguridad, queremos pagarla nosotros». La reforma pondrá sobre la mesa otros aspectos, como la construcción del carril bus-VAO de la A-2 para desatascar uno de los puntos negros del tráfico o incentivos fiscales para la macroperación de Madrid Nuevo Norte.

Almeida empezó el acto con un «infinitas gracias» a los votantes que, en mayo del año pasado, «confiaron» en el PP y le otorgaron la mayoría absoluta con el 44,5% de las papeletas, «la primera vez que un partido político ganó en los 21 distritos» de la ciudad. El alcalde habló durante casi veinte minutos de Madrid, de su momento dulce y de una gestión que ha «consolidado» ese momento. Y aportó un dato: en el primer año de mandato, el Gobierno municipal ha formalizado el 90% de sus promesas electorales. «Nos presentamos con un programa electoral de 300 medidas; de esas 300 medidas, en estos momentos están iniciadas, ejecutándose o terminadas 283», aseguró el regidor.

El repaso de Almeida abordó cada área y empezó con los presupuestos que nutren cada una de ellas. Esas cuentas que en años anteriores han requerido negociaciones para salir adelante; en otras, por la negativa de Vox, ni siquiera pudieron aprobarse. Hasta la mayoría absoluta. «Tenemos presupuestos que permitieron seguir ahorrando impuestos a los madrileños. Sí, vamos a seguir bajando los impuestos a los madrileños. Es una seña identidad de Madrid, es una seña de identidad de nuestras políticas, y es la mejor forma de incentivar el progreso y el crecimiento económico», zanjó el alcalde.

La síntesis del «breve y sucinto resumen» de este lunes: el trabajo de la nueva Área de Gobierno de Vivienda, los datos históricos de calidad del aire —mayo marcó el mínimo de emisiones de dióxido de nitrógeno—, el incremento de búhos de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), la regulación de los pisos turísticos y los grandes proyectos en ciernes, como el soterramiento de la A-5 y del norte de la Castellana y la Operación Campamento.